Juntos debería dejar al PSOE por WhatsApp

Romper una relación por WhatsApp tiene muy mala fama, pero hay casos en los que parece la opción más recomendable, sobre todo cuando los problemas de comunicación son tan evidentes que se corre el peligro de que la parte dejada y la parte dejante no tengan claros los términos de su separación. Un pequeño texto, con los inevitables emoticonos –ahora un emoji de carona triste, ahora un emoji de corazón vendaje– puede servir de referencia y hacer a quienes se resisten a asumir su nueva condición de abandonados. Lo digo porque si alguien del PSOE ha acudido hoy desconsolado al quiosco para saber a ciencia cierta si Junts ha empaquetado ya el cepillo de dientes lo tendrá magro para averiguarlo.

Primero tomará de manera natural El País y el ánimo se le caerá a los pies cuando vea que, en portada, el titular escogido es "Juntos responde a Sánchez: «Hemos roto y hemos roto de verdad»". Gran desolación y desconsuelo. Pero, con manos temblorosas, agarrará entonces El Mundo y un resquicio de esperanza le ensanchará el corazón: "Juntos reclama a Sánchez «arrodillarse» y «amnistía» para la reconciliación». ¡No está todo perdido! (Y como les gusta, en los periódicos de Madrid, la retórica de la humillación.) Aquella hebra de creer en la sutura se convertiría entonces en puro estallido de alegría cuando fuera a La Vanguardia y leyera "Juntos se abre a reanudar la relación con el PSOE si se cumplen los acuerdos". Vamos, que hemos roto de verdad... o quizás no tanto. Hay aquí un patrón algo abusivo, tanto de ida como de vuelta, entre la promesa nunca cumplida de unos y el chantaje emocional (en este caso, electoral) de otros. Esta reciprocidad en la decepción da el extraño equilibrio que es la presente legislatura. Y por eso, cuando toca elaborar el relato, conviene recordar al gran filósofo Mariano Rajoy cuando pronunció su profundo aforismo "Todo es falso, salvo algunas cosas".