Lo que de verdad dice el comunicado de Rosalía

Rosalía ha hablado finalmente sobre Palestina, pero su mensaje ha recibido críticas por el eslalon verbal con el que logra evitar mencionar de forma explícita palabras clave como genocidio, Israel o ocupación. Ahora bien, por muchas curvas que haga, el comunicado sigue explicando muchas cosas, muchas más de las que probablemente pretendía.

Porque el comunicado, con su redacción quirúrgica y pretendidamente aséptica, habla también –y de qué manera– del miedo. Y, por tanto, del dominio del relato que ejerce Israel con su red de influencia y propaganda, trabajada con gran inteligencia. Los líderes del Proceso que a menudo se reflejaban en el país se olvidaron de esa pata fundamental. El comunicado expresa también la dolorosa disyuntiva entre el sentimiento –es evidente que Rosalía rechaza el genocidio– y la lógica económica del business. Hay bandas que, por su posicionamiento, tendrán difícil volver a tocar en depende qué plazas. Pienso que es absurdo exigir a los músicos que salven el mundo con grandes pronunciamientos de temas que los superan, pero Rosalía sí pudo, por gremialismo o solidaridad, levantar más su poderosa voz para defender el derecho a expresarse sin represalias. Por último, el comunicado también ilumina el carácter ilusorio de la conexión de una estrella con sus fans. Rosalía se dirige poniéndose al mismo nivel que ellos y les anima a disparar las críticas hacia arriba y no en horizontal. Pero pocas personas en el planeta tienen su capacidad de diseminar un mensaje. Yo no le exijo a nadie que se pronuncie más allá de lo que le dicte su estricta conciencia. Ahora bien, sí le pido que no niegue la existencia del pedestal donde gustosamente le hemos colocado y que a veces no ha dudado en utilizar, como cuando tuvo bastante entonces con dos palabras –elocuente contraste– para dejar escrito en redes "Fuck Vox".