Huelga en 'The Guardian' y 'The Observer' por la posible venta de la histórica cabecera dominical
Unos 500 profesionales sostienen 48 horas de protesta por la posible separación de dos publicaciones, hermanas desde 1993
LondresUnos quinientos periodistas del diario The Guardian y The Observer empezaron este miércoles a la medianoche la primera huelga en más de 50 años, que se alargará durante el jueves. El motivo es la potencial venta de The Observer –la cabecera de los domingos asociada a The Guardian– en el grupo Tortoise Media. A pesar de la huelga, la apariencia de la web de The Guardian es casi lo habitual. Sin embargo, se observan algunas ligeras diferencias. No existe el blog en directo que hasta hace unas horas informaba del intento de autogolpe de Estado en Corea del Sur, no hay tampoco, como sería igualmente habitual, ningún blog en directo sobre la actualidad política británica, y la mayoría de las informaciones están elaboradas con notas de agencias.
Desde primera hora de la mañana, pues, en las afueras de la redacción central de Londres, en Kings Place, en la zona cercana a la estación de King's Cross, un piquete informa a los pasavolantes de los motivos de la huelga. Además, un minuto después de esta medianoche, en la web del diario, y bajo la firma de The Guardian staff, se publicaba un artículo en el que se explicaban algunas de las razones de la acción reivindicativa.
The Observer es el diario dominical más antiguo del mundo, y esta primera jornada de la huelga coincide con el 233 aniversario de su primera edición, aparecida en 1791. Respondiendo al modelo tradicional de la prensa inglesa –que todavía hoy mantiene una edición de lunes a sábado con una cabecera; y otra, de hermana, pero operativa y redaccionalmente separada los domingos–, en 1993 el Guardian Media Group Limited, propietario de The Guardian compró The Observer. Se convertía así en la edición dominical del rotativo, ya que hasta entonces no la tenía, a diferencia de otros competidores, como por ejemplo The Daily Telegraph y The Sunday Telegraph o, entre otros, The Times y The Sunday Times.
Las primeras indicaciones de la posible separación de las dos cabeceras tuvieron lugar en septiembre. El propietario del Guardian Media Group, el llamado Scott Trust Limited, informó entonces de que estaba en conversaciones con el citado grupo Tortoise Media para transferir la propiedad de The Observer, una publicación que no tiene presencia digital por sí misma –todo se cobija en la web de The Guardian–, y que cuenta con una plantilla muy inferior a la del diario de lunes a sábado: aproximadamente setenta redactores.
Noticias cocinadas a fuego lento
Sin embargo, los periodistas de las dos cabeceras temen que la disgregación sea el primer paso de la desaparición de The Observer. El hecho es que Tortoise Media es una empresa deficitaria, que tiene unas pérdidas acumuladas de 16 millones de libras. Fue cofundada en el 2019 por James Harding, ex director de The Times y también de los informativos de la BBC.
La voluntad fundacional es ser un medio de noticias cocinadas a fuego lento, centrado en el periodismo de reflexión y en profundidad, en contraste con la tendencia actual de las breaking news y el periodismo digital de los blogs en directo. Desde este punto de vista, la incorporación de The Observer podría suponer el reforzamiento de ese ideario. Pero las deudas acumuladas mencionadas hacen que los profesionales que serían transferidos tengan dudas de su viabilidad. El grupo Tortoise Media asegura que invertirá 20 millones de libras, y que quiere lanzar un podcast asociado a The Observer. Los críticos con la operación se muestran recelosos porque el comprador no demostró saber salir de pérdidas.
Poco antes de que se iniciara la huelga, el presidente del Scott Trust, Ole Jacob Sunde, ha ofrecido a los periodistas nuevas garantías sobre el futuro de la cabecera, incluido el mantenimiento de una participación en la empresa resultante de la venta, pero afirmando que la intención es finalizarla.
La operación no deja de interpretarse como un intento de la propiedad de The Guardian de soltar lastre ante una realidad financiera compleja, con un crecimiento notable en ingresos digitales y en apoyo de los lectores, pero también con pérdidas operativas derivadas de la expansión digital y el lanzamiento de la edición europea y el reforzamiento de la de Estados Unidos . Así, en el año fiscal 2023-24, The Guardian registró un déficit de caja de 36,5 millones de libras, 15,5 millones más que en el 2022-23. El capítulo de ingresos de los lectores ha crecido un 8%, hasta los 88,2 millones.
El Scott Trust Limited es una empresa sin capital social y cuyos miembros son garantes y no accionistas. Esta peculiar estructura jurídica hace que no obtengan beneficios y que su único propósito sea supervisar y proteger la independencia editorial de The Guardian y sus publicaciones asociadas. El Scott Trust se estableció en 1936 y en 2008 se reestructuró en la actual sociedad limitada. Su actual fondo patrimonial ha crecido hasta 1.275 millones de libras. Este apoyo financiero permite realizar inversiones estratégicas a largo plazo. Pero el Trust quiere que The Guardian consiga la sostenibilidad financiera de forma independiente.