La izquierda pierde la batalla mediática global
Si no hay ningún imprevisto de última hora –en forma de veto de Competencia–, todo apunta a que Lord Rothermere se convertirá en el nuevo propietario delDaily Telegraph. Este nobilísimo editor del tabloideDaily Mailasumirá las riendas de un rotativo que, en los últimos tiempos, ha experimentado una deriva hacia posturas trinchera contra la izquierda. Entre los laboristas hay estupor, porque dan por sentado que el nuevo dueño no lo corregirá, sino que, al contrario, endurecerá el posicionamiento a favor de la derecha agresiva. Esto en un país donde el también conservadorhardMurdoch domina otra porción significativa de la audiencia y donde ha surgido la seta de GB News, una cadena de sólo noticias más ultra que lanon plus. Mientras, Estados Unidos también gira mediáticamente hacia la derecha y en España, el dominio de los medios afines al PP y Vox es tan abrumador que da heredad. Puede hablarse claramente de tendencia.
Que el capital se alinee con las opciones mediáticas conservadoras entra dentro de lo esperable. Sorprende más que lo haga con unos medios que encarnan estos nuevos tiempos polarizados en los que el rigor y la actualidad son sacrificados en el altar de la intención editorial. Lo digo porque el programa económico de los neoautoritarios y adláteres es, siendo benevolente, confuso. ¿Dónde están entonces las opciones progresistas? La incapacidad que tiene la izquierda para trenzar una respuesta a la complejidad actual en el mercado comunicativo de Calaf que son las redes sociales tiene probablemente mucho que ver con esta ausencia de nuevas iniciativas periodísticas potentes económicamente y que quieran ser bastión contra los movimientos ultras que, con distintos trajes, se están haciendo fuertes a escala global. Si este fenómeno no se endereza –y los oligarcas tecnológicos lo agravan– vamos hacia un escenario con muy poca pluralidad. Que es otra forma de censura, menos llamativa, pero más efectiva.