La nueva joya japonesa que se puede descubrir en Netflix

"La felicidad de una mujer radica en vivir sin generar olas", escribe una persona anónima en una carta al diario en la que explica cómo ha descubierto el adulterio de su padre. Estamos en Tokio, en 1979, y eso es justo lo que acaba de ocurrir a las cuatro hermanas Takezawa. Takiko (Yu Aoi) contrató a un detective para corroborar las sospechas de que el padre mantenía un vínculo con otra mujer. Incluso parece que han tenido un hijo juntos. La madre de las chicas quizás lo sabe, pero no dice nada. ¿Quedarse callada es su forma de ser feliz?

El descubrimiento del adulterio del padre y el silencio de la madre impactan en las cuatro hermanas de forma diferente. Tsunako (Rie Miyazawa), la mayor, viuda, mantiene también una relación adúltera con el marido de una clienta. La segunda, Makiko (Machiko Ono), la única con una vida familiar convencional, sospecha que quizás su marido también esté envuelto con la secretaria. Takiko, una bibliotecaria letraherida, se afana por sacar adelante una relación con el detective que contrató. Aunque el amor es mutuo, ella se siente insegura con su cuerpo y el deseo que puede despertar. La más pequeña y en principio más desinhibida, Sakiko (Suzu Hirose), se casa con un boxeador que acaba siendo una estrella.

Tal como ya hizo con la deliciosa Makanai, la cocinera de las Maiko, Netflix vuelve a estrenar casi a hurtadillas una perla televisiva de Hirokazu Koreeda, el cineasta japonés reconocido por filmes como De tal padre, tal hijo o Un asunto de familiaEsta vez, el director parte de una serie del mismo nombre creada por Mukoda Kuniko a finales de los años setenta y que cuenta con una adaptación cinematográfica del 2003. Koreeda se mantiene fiel a la producción original a la hora de llevar a cabo una espléndida recreación no sólo de Japón de los años setenta, sino también de la textura audiovisual de la época Aunque se inspire en un material ajeno, Asura conecta con las inquietudes habituales del cineasta. El vínculo más evidente es con Nuestra hermana pequeña (2015), una película centrada igualmente en el vínculo entre tres hermanas que deciden amparar a la hija que su padre tuvo con otra mujer sin que ellas lo supieran.

Un elenco de actrices espléndidas

En ésta y otras de sus películas, Koreeda reivindica núcleos de convivencia que escapan del patrón más tradicional de familia. Asura se sitúa en un período en el que esto aún no era del todo posible, al menos para las mujeres. Ambientada a finales de los años setenta, la serie ofrece una incisiva mirada a las dinámicas relacionales de una época en la que el adulterio masculino está normalizado y las mujeres parecen tener que adaptarse en silencio a este escenario. Espléndida revisión, sobre todo en los primeros episodios, de una telenovela del siglo pasado, Asura tiene mucha reivindicación del papel de las ficciones televisivas femeninas a la hora de abordar las emociones silenciadas de las mujeres en sociedades patriarcales. La serie recoge las frustraciones, los miedos, los anhelos y los desafíos que se escondían tras ese "no generar olas" que muchas mujeres mantenían por no romper el equilibrio social o familiar. Koreeda trabaja con un elenco de actrices (y actores) espléndidas que otorgan todos los matices a unos personajes singularizados a los que se quiere entender más que juzgar.

El director demuestra su maestría otorgando encanto a escenas en apariencia triviales de la vida cotidiana. Pero sobresale sobre todo a la hora de equilibrar tonos diversos, por lo que los elementos dramáticos se combinan con momentos de comedia ligera, como si Asura buscara registrar la armonía de emociones que define el transcurso de la vida.