El Barça deja en manos de Xavi las conversaciones con el Al-Sadd

BarcelonaLo más importante pasó el miércoles después de la derrota en Vallecas, la segunda consecutiva del Barça en la Liga. Enfadado por el resultado, la imagen del equipo y el discurso de Ronald Koeman en la rueda de prensa, el presidente del Barça, Joan Laporta, hizo efectiva su primera destitución de un entrenador a media campaña. Comunicó la decisión al neerlandés en el avión de vuelta. Más tarde, ya en Barcelona, se puso en contacto con Xavi Hernández para ofrecerle el banquillo.

La propuesta verbal fue aceptada de primeras por el exjugador, al que no le pesan las dudas que el presidente ha tenido con él y su bagaje profesional en los últimos meses. Consciente de que no tiene mejores opciones, y presionado por sus dirigentes, Laporta ha acabado reconstruyendo su vínculo con Xavi para intentar convertirlo en la clave del proyecto deportivo. La decisión está tomada, pero todavía no se ha ejecutado. Por ahora, lo único 100% seguro es que Sergi Barjuan hará de entrenador interino hasta que se pueda certificar el esperado regreso.

Llegados a este punto, hay tres frentes abiertos. El más espinoso es la rescisión del contrato de Xavi con el Al-Sadd, que vence en 2023 y, a diferencia de los acuerdos precedentes, no tiene una cláusula de escape. Xavi no quiere abandonar el proyecto de mala manera y ya ha comunicado sus intenciones a los jeques que lo han bañado de oro desde 2015. Siempre les ha transmitido que su sueño es ser entrenador del Barça y por eso confía en que ahora no le pondrán impedimentos para cumplirlo. Pero la propiedad catarí también espera algún gesto de la entidad barcelonista, que de momento delega en Xavi todos los contactos. Se ha congelado la previsión de enviar una delegación azulgrana a Doha para facilitar el acuerdo. Y hay que recordar que los amos del Al-Sadd comparten dinastía con los del París Saint-Germain. Más que de dinero, son de gestos. A pesar de esta estrategia más bien pasiva, fuentes del Barça transmiten optimismo con el acuerdo e insisten en que Xavi es "lo que necesita ahora el primer equipo". "Tiene hambre y esto es lo que importa", añaden. Paralelamente, el club catarí mantiene una postura pública en la que defiende que Xavi sigue siendo su entrenador.

El segundo frente abierto tiene que ver con el cuerpo técnico que acompañará a Xavi una vez pueda abandonar el emirato. Su intención es tener a su hermano Òscar y a Sergio Alegre como ayudantes, al preparador físico Ivan Torres y un trío de scouts liderado por David Prats. Es un equipo modesto que, de entrada, se ajustaría al límite salarial de la Liga. Y es que el Barça está excedido en esta materia y solo puede gastarse tres millones de euros en el relevo de Koeman. Para más adelante quedaría la posibilidad de hacer cambios en los servicios médicos y el fútbol base, dos áreas que Xavi quiere tener bajo control.

El tercer frente, menos urgente y agradable, pero mucho más caro, es el despido de Koeman. A pesar de que el Barça espera rebajar algún millón, el neerlandés y su staff técnico tienen derecho por contrato a percibir casi 12 millones en concepto del salario pendiente hasta el 30 de junio de 2022 y de los aplazamientos pactados ahora hará un año con la junta gestora. "Las negociaciones van bien", dice Laporta. Los interesados, sin embargo, no están por la labor de renunciar al dinero que les toca.

Más de 35 millones en cambios de entrenador

Con este cambio de entrenador, Laporta y su junta estarán ampliando el agujero que Bartomeu empezó a abrir a principios de 2020, cuando echó a Ernesto Valverde. Según la memoria 19/20, el expresidente tuvo que dedicar 12,9 millones en el cese del Txingurri, que tenía contrato hasta junio de 2021 y ya perdonó una parte de lo que le tocaba. Eran tiempos prepandémicos, en los que el Barça sobrevivía a la crisis gracias a una facturación privilegiada. La cosa cambió con la llegada del covid. Y la suerte de Valverde no la tuvo Setién después del 2-8 en Lisboa, cuando el Barça lo fulminó y le negó la indemnización pertinente –tenía contrato hasta 2022– aduciendo una supuesta "incapacidad". El cántabro denunció al club por impago de más de 4 millones –tiene las de ganar en el juzgado– y sus colaboradores aceptaron un acuerdo a la baja para ir a entrenar al Andorra de Piqué.

A Setién lo sustituyó Koeman, que tenía contrato en vigor con la selección holandesa y asumió el pago de su libertad a cambio de dos años blindados y una renovación. Como ya se ha marchado, esta rescisión habría que sumarla a una factura total en cambios de entrenador que, sumando a Xavi, superará los 35 millones de euros. Son cifras de contrato galáctico.