Años de imágenes de platos voladores, luces desconocidas, imágenes del Pentágono e incluso la autopsia de un supuesto alienígena. El debate sobre los llamados objetos voladores no identificados, más conocidos como ovnis, lleva décadas sobre la mesa, y recientemente ha vuelto a tener protagonismo después de que un ex militar norteamericano declarara a finales de julio que el gobierno del país esconde “restos no humanos”. En la comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos, el oficial David Grusch habló de un programa secreto que situaría al gobierno estadounidense en una "guerra fría públicamente desconocida", con naciones adversarias para conseguir el control de la tecnología que utilizarían las supuestas aeronaves alienígenas para así "obtener ventajas asimétricas de defensa nacional". Una "carrera armamentística" que, según Grusch, la Casa Blanca habría mantenido en silencio durante ocho décadas y habría "escondido ilegalmente" la existencia de esta iniciativa. Algo que el Pentágono ha negado.

Por otra parte, la agencia aeroespacial norteamericana, la NASA, ha creado un grupo de trabajo independiente multidisciplinar para estudiar a fondo estos fenómenos. A la espera del informe definitivo, aseguraron que los datos son "fragmentarios y de poca calidad", sobre todo los más antiguos. Las principales fuentes de información visual sobre los avistamientos son fotografías tomadas desde teléfonos móviles o cámaras de poca calidad, así como imágenes captadas por dispositivos militares que frecuentan el espacio aéreo. Y ninguno de estos materiales obtenidos contiene datos contundentes sobre los que indagar. Así lo constatan los científicos en el informe que avanzaron durante una conferencia de prensa organizada en junio con el objetivo de "garantizar" su transparencia informativa.

El Proyecto Libro Azul

Algunas de estas imágenes y los avistamientos más conocidos de ovnis están documentados en el Proyecto Libro Azul, un encargo que el gobierno de Estados Unidos hizo al ejército del aire para investigar los informes de ovnis entre los años 1948 y en 1969 para medir un hipotético riesgo para la seguridad. De los 12.618 avistamientos informados y que forman parte del informe, 701 permanecen sin identificar. Al final, el proyecto concluyó que no había indicación de amenaza para la seguridad nacional y que las observaciones de ovnis se debían a una mezcla de cuatro factores: la histeria de las masas, la creación de falsificaciones para conseguir publicidad en los medios de comunicación, las psicopatologías de los individuos y la confusión con objetos cotidianos como globo o aviones. Estos son algunos de los documentos gráficos de medios de comunicación y del Departamento de Defensa de Estados Unidos que investigadores y científicos han explorado en busca de pruebas para averiguar si hay vida más allá de la Tierra.