DEPORTE

Ciclistas con intermitentes incorporados

Un grupo de investigación inventa una mochila con intermitentes y luz de frenado para mejorar la seguridad de los ciclistas urbanos

Jana Homs Donés
y Jana Homs Donés

En el mundo existen más de 1.000 millones de bicicletas, y en algunos países como Dinamarca y Holanda ya hay más bicicletas que habitantes. Cada vez hay más ciudades que integran servicios de bike sharing e integran vías especializadas para este método de transporte. Un grupo de ingenieros del centro tecnológico Eurecat han creado una mochila con intermitentes incorporados para que la convivencia entre los automóviles y las bicicletas sea más segura.

Antes de iniciar un trayecto por la ciudad, el ciclista descarga la ruta a Google Maps, ya través de Bluetooth el móvil se comunica con un panel de luces que va incorporado a una mochila. Los coches ven como las luces del bolso, con forma de flecha, se iluminan unos metros antes de que el ciclista tenga intención de girar hacia uno de sus lados. Además de los indicadores a derecha e izquierda, la bolsa tiene un punto de luz en medio que se enciende cuando un sensor de movimiento detecta que la velocidad desciende.

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Para los usuarios que tengan prisa por salir de casa y no quieran programar la ruta, los intermitentes también podrán activarse a través de un mando o con el movimiento de una pulsera inteligente. La batería de las luces tiene una autonomía de 8 horas en funcionamiento y permite la conexión de una batería externa, a través de una entrada de USB. Uno de los ingenieros de innovación del producto, Santi Pérez, explica que el peso adicional de la tecnología no llega a los 70 gramos, y añade que querían conseguir “una mochila funcional que no limitara la libertad del usuario durante el día”.

La mochila con intermitentes aún no está en el mercado, pero se prevé que el precio rondará los 60 euros. Los inventores desean comercializar el producto a través de alguna empresa especializada en mochilas, pero todavía están en fase de negociaciones. Pérez cree que el target de este artículo se centra en los países que han incorporado la bicicleta como medio de desplazamiento en los últimos años. Aunque parezca una contrariedad, "en Holanda y Bélgica, donde el uso de este vehículo es tan común, es donde menos se preocupan por mejorar la seguridad", según Pérez.

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El coste total para desarrollar el producto ha rondado los 40.000 euros, invertidos íntegramente por Eurecat. El equipo contaba con tres empleados de la unidad de innovación y dos ingenieros eléctricos que han trabajado en los últimos dos años en este proyecto.

La idea fue inspirada por la tercera luz de frenado de los coches. "Al ser más visible disminuyeron los accidentes", señala Pérez. Por eso, el proyecto inicial era crear unos intermitentes para los cascos de moto, pero tuvo que descartarse porque la regulación española no permite llevar objetos luminosos al casco para evitar distracciones.

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El equipo de innovadores decidió adaptar el invento a las bicicletas porque “al ser un vehículo que se ha popularizado en los últimos años, la regulación es más laxa”, afirma Pérez. Además, los accidentes entre ciclistas y automóviles han crecido hasta convertirse en una problemática social. Pérez destaca que este gadget no está pensado para ciclistas profesionales, ya que por lo general no se entrenan por dentro de la ciudad, que es donde el tráfico es más intenso. Pese a que el invento no va dirigido a toda la comunidad ciclista, el ingeniero recuerda que "el aumento de la seguridad es un beneficio social y económico para todos", y que los esfuerzos por prevenir los accidentes siempre serán bienvenidos.