Los cinco objetivos de Lluís Llach como nuevo presidente de la ANC
Enterrar la lista cívica con una nueva hoja de ruta, el primer paso de la nueva dirección
BarcelonaLluís Llach asumía el sábado la presidencia de la Asamblea después de un primer intento frustrado siete días antes. El bloqueo en su primera sesión puso de manifiesto que la división interna se mantiene. Por un lado, el sector encabezado por el cantautor que aboga por rehacer puentes con los partidos independentistas y por la movilización como única forma de lucha y, por otro, la corriente mayoritaria en la dirección saliente que defiende marcar distancias con las formaciones "procesistas" y presentar batalla, si es necesario, en el Parlament. En este escenario de desunión en la entidad pero también en el movimiento independentista, ¿cuáles son los planes de Llach al frente de la ANC?
Recoger la entidad
El principal reto de Llach será recosir una entidad dividida internamente. Sin embargo, no será fácil cerrar las heridas. La exclusión de cualquier miembro de la otra corriente en los cuatro cargos orgánicos demuestra la voluntad de cerrar, con cerradura y llave, la lleva a la anterior etapa. De hecho, Llach ha dicho que quiere ser presidente de una asamblea y no de una organización piramidal –el principal reproche a la dirección saliente–, y que todas las decisiones que se adopten sean avaladas por los socios. El nuevo presidente de la entidad quiere también reactivar las asambleas de base, muchas de ellas inactivas por la parálisis del Proceso, y los grupos de trabajo de la entidad con campañas concretas.
Rehacer puentes con partidos y entidades
"Independencia o elecciones". Ésta ha sido una de las consignas más repetidas por la expresidenta Dolors Feliu en los últimos días. El distanciamiento de la Asamblea con las tres grandes formaciones políticas ha llegado al extremo que se ha llevado a votación (con derrota por la mínima) presentar candidatura al Parlamento. La nueva dirección quiere ahora reponer puentes y colaborar con partidos y entidades como Òmnium, el Consejo de la República o el AMI, para volver a ser el punto de encuentro del independentismo. "La independencia la haremos entre todos o no se hará", es una de las frases que más defiende Llach, quien considera que la entidad no puede ser protagonista de este enfrentamiento que tanto se critica a los partidos y que sólo provoca desencanto entre las bases. En este sentido, Llach vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de una lista unitaria de Junts, ERC y la CUP, de la que excluye Aliança Catalana. "En el fascismo, aunque sea con bandera estrellada, ni pan ni agua", dijo el domingo en una entrevista en RAC1. Unas palabras a las que la líder y diputada de la formación de extrema derecha, Sílvia Orriols, reaccionó.
Nueva hoja de ruta
La nueva dirección quiere celebrar con celeridad una asamblea general extraordinaria para aprobar una nueva hoja de ruta que descarte presentarse a las elecciones como está recogido en la actual. Esta asamblea, según ha podido saber el ARA, podría celebrarse en octubre, una vez pase la Diada. Para convocarla, basta con el apoyo de la mayoría de secretarios, y estos avalan a Llach, como se vio en su elección. Durante la asamblea, la cúpula también quiere reformar los estatutos para mejorar el funcionamiento de la entidad y con la limitación de cuatro años de mandato a discusión, según apuntan varias fuentes. La reforma de estatutos sí debe ser aprobada por el 65% del secretariado, lo que obliga a un entendimiento con el ahora sector crítico.
La movilización como única vía de lucha
Desterrada la opción de competir con los partidos, Llach quiere impulsar movilizaciones y acciones de desobediencia y lucha no violenta para reactivar la calle y presionar a los partidos para que no den más pasos atrás. La separación de las comisiones de Movilización y Territorio pone de relieve la importancia que se quiere dar a las campañas que se organizarán. La defensa de la lengua o el expolio fiscal serán dos de los campos de batalla de la entidad. La Asamblea también quiere desempeñar un papel activo en las manifestaciones de ámbito social con la participación de la dirección. Este mismo lunes, Llach y otros miembros del secretariado participaban cortando vías en la jornada de lucha de los campesinos.
Diada
El día grande de la Asamblea es desde hace doce años la Diada. La dirección no se ha podido reunir todavía y, por tanto, no se ha podido poner a trabajar en el Onze de Setembre, pero la voluntad es que sea un punto de inflexión para reanudar la ansiada movilización en la calle. Llach, en sus primeras declaraciones, ha dejado claro que no le preocupa la cifra de asistentes, sino que el mensaje sea "clarísimo". Sea como fuere, el objetivo es impulsar una manifestación atractiva que ilusione las bases. Para ello, quiere trabajar estrechamente con entidades como Òmnium, de quien se ha ido distanciando en los últimos años. Llach compartía este martes un tuit del presidente de la entidad, Xavier Antich, en un gesto que costaba ver durante los mandatos de Elisenda Paluzie y Dolors Feliu. Y más en un tema como la amnistía, que la dirección saliente rechazaba por las dificultades que puede suponer en la causa judicial abierta en los tribunales europeos contra la represión.