Los grandes castillos medievales para visitar en Catalunya
Sí, Catalunya es tierra de castillos. Casi todo el mundo tiene un castillo relativamente cerca de casa. Los hay de épocas muy diversas, pero la mayoría fueron construidos en la época medieval
La mayor parte de los castillos catalanes fueron construidos ahora hace un millar de años, cuando Catalunya era tierra de frontera entre Al-Ándalus y el país de los francos. Tenían una función defensiva, pero también de expresión de poder y de control del territorio. Los hay en todo el país, a la orilla del mar y tierra adentro. Desgraciadamente, bastantes están en ruinas y abandonados, otros restaurados y enteros, e incluso algunos habitados. A pesar de que tienen unos cuantos elementos comunes (las almenas, las aspilleras, el patio de armas, la torre del homenaje... ), no hay dos castillos iguales, claro. También es único su emplazamiento: casi todos se encuentran encima de un cerro. Disfrutar de la vista es un motivo adicional para ir a ver estas fortalezas. De entre los que tienen buenas vistas hay que destacar el castillo de Verdera, que proporciona una extraordinaria panorámica del Cap de Creus, el de Miravet, con vistas al río Ebro, el de Llordà, centinela del Pallars Jussà, y el de Burriac, que permite ver una parte del Maresme y el mar.
Por suerte, los castillos perdieron pronto el motivo por el que fueron construidos. ¿Qué papel tienen que tener en el siglo XXI? El debate está abierto. En algunos se hacen conciertos, encuentros culturales y sobre todo visitas guiadas. Si hacéis una visita con guía, os explicarán misterios, leyendas y curiosidades. Quizás esta: para echar al enemigo, desde el castillo nunca se tiraba aceite hirviendo, como muchos piensan. El aceite era demasiado valioso y no lo derrochaban. Tiraban agua caliente, piedras o excrementos de animales (vacas, caballos...).
Los 10 castillos imprescindibles
El castillo de Requesens
La Jonquera
Ahí se filmaron escenas de ‘El perfume’, Dalí se lo quería regalar a Gala y en 1899 murió la condesa de Peralada en circunstancias extrañas.
El castillo de Sant Salvador de Verdera
El Port de la Selva
Nunca ha sido excavado ni restaurado. Está en ruinas. Pero vale la pena visitarlo, aunque sea por las espectaculares vistas del Cap de Creus.
El castillo de Montsoriu
Arbúcies / Sant Feliu de Buixalleu
Magnífica fortificación situada en un cerro de poco más de 600 metros de altitud. Es el mejor castillo gótico de Catalunya. Inexpugnable, los defensores tenían agua y comida para resistir más de un año.
El castillo de Rocabruna
Rocabruna
Con Beget a un lado y los pasos pirenaicos en el otro, este castillo fue clave durante la Guerra de los Remences y sufrió saqueos durante la de los Segadors.
El castillo de Cardona
Cardona
El castillo de Cardona, que se levanta imponente encima de la villa desde el año 880, fue el último baluarte de las libertades catalanas en 1714.
El castillo de Ribelles
Vilanova de l'Aguda
Situado en un lugar estratégico, encima de un cerro, el castillo en realidad son dos en uno: el viejo, construido en el siglo XII, y el nuevo, del XIX. Hay que destacar la iglesia románica y la torre, que permite contemplar una excelente vista del valle del Llobregós.
El castillo de Burriac
Cabrera de Mar
Es un magnífico ejemplo de castillo roquero, construido en una roca, en la cumbre de un peñasco. En el siglo XV el castillo de Burriac tuvo un señor violento e injusto con la población. Hoy, con su bella torre circular, es un símbolo del Maresme.
El castillo de Montsonís
La Foradada
Situado en el municipio de la Foradada, el castillo de Montsonís ha estado siempre habitado. Está muy bien conservado. Ofrece visitas teatralizadas.
El castillo de Llordà
Isona i Conca Dellà
El castillo de Llordà es una construcción imponente situada en el camino entre Isona y la Seu d'Urgell. Construido en el siglo XI, nunca fue reformado ni ampliado. Fue la residencia del caballero Arnau Mir de Tost y su mujer Arsenda.
El castillo de Miravet
Miravet
La posición estratégica de Miravet, situado junto al Ebro, ha hecho que se sucedieran asentamientos desde la prehistoria y le ha proporcionado un papel importante en numerosos conflictos. Ramon Berenguer IV conquistó este castillo a los sarracenos y a continuación se lo dio a los templarios.