Guillem Estadella: "Tengo una cuenta en la que cada mes intento poner entre 1.000 y 1.200 euros para ahorrar"
El humorista repasa su trayectoria y explica a la Empresas su relación con el dinero
El primer recuerdo sobre el dinero que tiene el cómic y humorista Guillem Estadella (Cunit, 1996) es comprando cromos cuando salía de la escuela e ingresando el dinero que cobraba su padre en el cajero de debajo de casa. El cómic entra en el mundo laboral trabajando de lo que quería dedicarse: "Con catorce años empecé a hacer radio, con quince hice un grupo de teatro y con dieciséis, monólogos."
"Mi primer bolo fue en Canet de Mar y nada más llegar yo ya estaba a menos 75 euros entre gasolinas y peajes. Me pagaban 50. O sea, la primera vez que gané dinero fue en negativo", explica Estadella. El único momento que no ha trabajado haciendo humor fue durante la pandemia de la covid: "Trabajé en un MediaMarkt y es de las mejores experiencias que he tenido nunca. Me lo pasaba teta. Cuando veía a alguien en el pasillo de los cargadores me lo tomaba como un bolo, le decía «¿te echo un cable?»". "No sé si es una desgracia haber encontrado rápidamente mi pasión, porque no he podido probar otras cosas ni me he podido equivocar. Me hubiera gustado mucho haber trabajado de camarero un verano con un chiringuito y dar clases de repaso," detalla el comediante.
Estadella también trabaja en el Versión RAC1 haciendo el programa Los Teloneros. Sin embargo, asegura que se gana mejor la vida haciendo espectáculos en toda Cataluña: "Yo puedo llegar a ganar con un bolo lo que gano en un mes en RAC1, con mi sueldo base sin contar los pluses." De hecho, considera que el mundo de la comunicación es un sector muy precario: "Hoy en día vivir en Barcelona con un sueldo de un redactor de cualquier diario digital o cualquier radio que no sea pública es muy complicado." "Cuesta desconectar porque vives pegado a la actualidad y creo que esto debe verse reflejado en la nómina", detalla. Así pues, defiende que es un trabajo creativo y muy pasional: "Y con la pasión a veces nos olvidamos que nos están engañando".
Por otra parte, para cobrar los espectáculos es autónomo: "Pagar el IVA ha sido algo que me ha puteado mucho y que me costó mucho entender. Nadie te sienta y te explica cómo se hace una factura. Yo he tenido problemas con hacienda, por no saber cómo funcionan las cosas. Y he aprendido a base." "Han pasado los años y tengo algo más de sensatez, y tengo una gestora que es una máquina", remarca.
La época que más ha sufrido económicamente es cuando se independizó en Barcelona, en torno a los dieciocho años: "Tenía calculadas las actuaciones que debía realizar al mes para poder pagar el alquiler, que era mi principio básico". Pero no trabajaba en la radio todavía y acabó algún mes con números rojos: "Todos tenemos un banco central, que son los padres. Yo nunca les he devuelto el dinero que me han dejado." Y sigue: "Ha habido meses en los que mi dieta se ha basado en comer arroz y verdura".
En términos económicos, su gran frustración ahora es el transporte: "Yo un coche me lo he comprado a 20.000 euros y, después de tres años, le he hecho tantos kilómetros, le he jodido tanta caña, que ya tengo que cambiarlo. Después, he accedido al renting para el que cada mes ves como 400 euros". "Vamos en coche porque tenemos un transporte público de mierda. Estoy feliz de pagar impuestos, pero me gustaría ver que estos impuestos están en la calle", añade. Actualmente, el humorista coge el coche a diario porque vive en Cunit, donde tiene un piso en propiedad: "Es la herencia en vida que me han dado mis padres, tengo la suerte de que sólo pago la mitad de la hipoteca."
Para gestionar las finanzas personales, tiene tres cuentas corrientes: "Tengo una cuenta en la que cada mes intento poner entre 1.000 y 1.200 euros para ahorrar, con otro pago los gastos y tengo una última cuenta en la que recibo los ingresos." De hecho, asegura que así hacerlo ha sido clave para conseguir estabilidad económica y aprender a ahorrar. Considera que el dinero debe "invertirse para generar más". En su caso, abrirá un negocio: "Estoy mirando locales en Cunit para comprar uno y hacer mi oficina. Y también quisiera montar una pequeña sala polivalente donde dar clases de comedia, exposiciones e incluso montar un estudio de podcasts para alquilar".
El humorista asegura que ha cumplido un sueño, ganarse la vida haciendo reír a la gente, haciendo monólogos ya los medios de comunicación: "Si pudiera vivir de esto toda la vida, ya firmaría. Mi anfetamina es saber, por ejemplo, que el 17 y el 31 de mayo subiré a un coche e iré al teatro Muntaner a hacer un bolo".