Juan Zamora:“El DNI electrónico fue un error: no lo utilizan ni los 'millenniales'”
Consejero delegado de Signaturit, 'start-up' dedicada a la firma digital de documentos
Cambió su trabajo en el mundo financiero para hacerse emprendedor.
Efectivamente. Había trabajado toda su vida en entidades bancarias como el Banc Sabadell o Caixa Penedès y, de hecho, la idea de crear Firmado me surgió de allí. Constantemente, a mi correo electrónico llegaban documentos que debía firmar. Cansado de tener que imprimir los contratos, firmarlos a mano y escanearlos, me pregunté si alguien había inventado un sistema sencillo y con validez legal que me permitiera firmarlo todo desde la misma pantalla. No encontré ninguna y en el 2013 decidí lanzarme. Desde el principio la idea gustó mucho a Salvador Severich -experto en comercio internacional y marketing- ya Javier Martínez -especialista en administración de sistemas-, y decidimos crear la empresa. Juntos hemos conseguido hacer nacer Signaturit: un sistema para firmar documentos online desde cualquier dispositivo móvil y sin tener que descargar ninguna aplicación. Tiene plena validez legal en Europa y es sencillo de utilizar: incorporamos un botón en los mensajes de correo electrónico que redirige automáticamente a nuestra plataforma, desde donde se dibuja la firma con el dedo.
En marzo de 2015 consiguieron levantar 600.000 euros en su primera ronda de inversión. ¿Fue un punto de inflexión?
Sí. Durante los dos primeros años nos habíamos centrado principalmente en desarrollar la tecnología con la ayuda de la incubadora barcelonesa Incubio y de la aceleradora holandesa Startbootcamp. En 2014 empezamos a operar, pero no fue hasta el pasado año que empezamos a construir una estructura comercial en condiciones. Desde entonces, el crecimiento de la empresa se ha disparado: ya tenemos a más de 3.000 clientes repartidos en 40 países y los documentos firmados con nuestro sistema crecen un 500% cada trimestre.
El año 2006 España estrenó el DNI electrónico, pero todavía no nos hemos acostumbrado a firmar digitalmente...
El DNI electrónico fue un gran error: es tan complicado e incómodo que no lo utilizan ni los milenniales. Se pensó más en la seguridad que en el usuario. En Europa, la gente está mucho más abierta a los sistemas de firma digital.
La ley de protección de datos de la Unión Europea es una de las más restrictivas del mundo. ¿Fue difícil ceñirse?
Fue muy complicado. Nuestros clientes son principalmente medianas y grandes empresas del sector financiero, asegurador y sanitario; por nuestras bases de datos pasa información muy sensible. Teníamos claro que queríamos crear un servicio que pudiera utilizar todo el mundo, pero al mismo tiempo nos encontrábamos con requisitos legales muy estrictos que nos frenaban la imaginación. Pero finalmente salimos adelante.
El año 2015 cerraron facturando cerca de 135.000 euros, muy por encima de los 13.000 euros de 2014. ¿Cuánto prevén facturar este año?
Por discreción, preferimos no comentarlo. Acabamos de iniciar una segunda ronda de financiación para conseguir un millón de euros, procedentes mayoritariamente de fondos de inversión internacionales. Esperamos cerrarla en la primavera del 2017. Ahora que ya hemos validado totalmente el servicio y que hemos generado una buena tracción, el dinero nos servirá para crecer en Europa, especialmente en países como Alemania, Bélgica u Holanda, de donde ya procede un 20% de nuestros clientes.