Hablemos de dinero

Martí Gironell: "A un escritor le jubilan sus lectores"

El periodista explica al ARA su relación con el dinero

BarcelonaEl periodista y escritor Martí Gironell regresa a su pueblo natal, Besalú, para rememorar su primer trabajo de joven: “Mi madre cosía en casa por encargo y mi padre era carpintero. Yo viví y estudié toda mi vida en Besalú y, con catorce años, empecé a trabajar como guía turístico en el pueblo para ganarme un dinero”. Gironell menciona que recibía propinas de los turistas y que trabajar de cara al público le ha hecho valorar mucho estos servicios. “Un día me dieron una propina más alta que ese primer sueldo que tenía y yo, siendo un niño, iba como una mala cosa con ese billete”, recuerda.

En cuanto a su carrera periodística, Gironell explica que también fue de adolescente cuando empezó a trabajar en Radio Besalú: “La puerta de la radio del pueblo estaba junto a la oficina de turismo, y me ofrecí para colaborar”. Después Gironell se marchó a estudiar filología inglesa en Barcelona, ​​pero combinaba sus estudios con un trabajo en Ràdio Olot hasta que, más tarde, saltó a la emisora ​​musical RAC105. “Eran oportunidades para tomar oficio y no fueron casualidad, fueron gracias a la insistencia de golpear puertas. Supongo que soy de una generación que trabajábamos por ilusión, pero también hay que poner precio a este empuje ya nuestro trabajo”, explica.

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Con el tiempo, Gironell cogió otros roles en la radio catalana, pasando por programas como La noche de los ignorantes o El suplemento. “Hacía unidades móviles, programas de verano, sustituciones… Al final quería hacer muchas horas y era una época en la que no miraba demasiado lo que cobraba porque prefería tener un sueldo más bajo y dedicar más presupuesto a tener un buen programa”, señala el autor.

En 2001 Gironell dio el salto a la televisión, en unos inicios como reportero hasta después llegar a presentar el Telediario: “Pasé por varios programas de la casa, haciendo fines de semana, horarios de mañana, el 3/24… Son muchos años frente a la pantalla donde entras en casa de las personas que te ven. A pesar de tener exposición pública, siempre lo he llevado muy bien y sólo puedo estar agradecido porque la gente te acuerda en buenos momentos”.

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Mientras ejercía de periodista, sin embargo, Gironell se adentró en el mundo de la literatura por su cuenta. “Hice un viaje a la India como cooperante con una ONG y mientras estaba allí hice un diario personal. Al volver publiqué algún reportaje al respecto, pero contacté con una editorial y se convirtió en mi primer libro en 2005”, explica. A partir de entonces, Gironell fue combinando su trabajo de periodista con su vocación de escritor: “Siempre había querido escribir sobre mi pueblo, Besalú, y explicar cómo era la época que le había visto crecer. Y de ahí salió mi primera novela, El puente de los judíos”.

Con este segundo libro, convertido en un longseller, Gironell confiesa que descubrió “una nueva manera de conectar con las personas a través de la palabra” y le animó a seguir publicando y profundizando en la novela histórica. “Intentaba compaginarlo con el trabajo en televisión, hasta que a finales del 2015 decidí tomar una excedencia para centrarme de lleno en la literatura. Fue una decisión de la que no me arrepiento pese a los miedos iniciales, y cuando en el 2018 me tocaba volver, decidí no hacerlo y seguir dedicándome a los libros”, confiesa.

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Actualmente, Gironell combina la escritura de sus propias novelas con otros trabajos en el mundo editorial, desde la organización de presentaciones de libros hasta la presentación de ciclos de charlas, pero siempre en torno a la comunicación y la literatura. También últimamente el autor ha publicado cuentos infantiles "para tener el pie" en otro género literario. Todo ello, según explica Gironell, lo gestiona gracias a un gestor ya su agencia literaria, quienes velan por sus contratos de autor y las facturas.

En cuanto al futuro, Gironell dice que los términos jubilación y escritor son antitéticos porque a un autor "le jubilan sus lectores". "Me gustaría seguir escribiendo, pero es obvio que las modas cambian y no tengo una bola de cristal para saber cómo va a evolucionar todo", concluye.