Castillos

Maternidad y castells: “Será el cambio más bestia que viviremos en los próximos años en el mundo casteller”

El cuidado de los niños suele ir a cargo de las madres, que en los primeros años de crianza reducen su participación en el grupo

Desde los años 80 la presencia de la mujer ha sido clave en la construcción de castells. Así pues, en una colla castellera participan tanto hombres como mujeres y, a priori, tienen tanta importancia unos como otros. Sin embargo, con la maternidad se ven las costuras de esta aparente igualdad. Es precisamente en esta etapa vital en la que es habitual observar cómo muchos padres pueden seguir asistiendo a los ensayos, mientras las madres cuidan de los niños durante los primeros meses o años de crianza.

Las colles, junto con el apoyo de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya, están dando pequeños pasos para revertir esta dinámica. La responsable de la comisión de equidad de la Coordinadora, Carol Rius, apunta que éste "será el próximo cambio más bestia que veremos en los grupos estos años". Rius detalla cómo muchos de los castellers que entraron a partir del estallido casteller a inicios de la década pasada están empezando a tener familia y cómo las colles están debiendo afrontar este reto.

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Presencia de la mujer en posiciones relevantes

Que las madres cuiden a los niños es fruto, en buena parte, de que las mujeres suelen tener menos presencia en posiciones relevantes en los castells. "La sensación es que a nosotros es más fácil reemplazarnos", expone Rius. Esto es primordial, porque en muchos casos el padre tiene una posición más especializada y su presencia en el grupo es vital, mientras que la madre cuida al niño.

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Rius también expone que las colles deben tener unas técnicas directivas concienciadas y deben saber hacer balance y distribuir los ensayos alternando entre el padre y la madre. "Si no, es muy fácil recurrir siempre a preferir un lateral o primeras manos que una muleta", dice Rius, al tiempo que reprueba que algunas posiciones estén muy masculinizadas y otras, muy feminizadas.

La desproporción entre hombres y mujeres también es muy notoria en los cargos de responsabilidad. Entre los 15 grupos que realizaron mejores castells la temporada pasada, sólo encontramos dos presidentes. El resto de cabezas de grupo y presidentes –28 en total– son hombres. Éste también es un hecho relevante en que los hombres, que a veces son padres, tengan que estar en los ensayos y reuniones del grupo.

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Conciliación horaria y familiar

Otra dificultad para que toda la familia pueda estar presente en los ensayos, son los horarios. Los grupos acostumbran a ensayar a partir de la noche y hasta la noche. Así, entre semana es habitual que los ensayos acaben alrededor de las 22 hy los viernes se pueden llegar a alargar hasta medianoche o más tarde. Rius expone que "es posible que algunos grupos tengan que variar estos horarios para alojarse en una maternidad más responsable".

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Por otra parte, algunos grupos han decidido apostar por una monitorización del equipo de los niños, o externos al grupo, para poder hacerse cargo de los niños en las horas de ensayo, mientras el padre y la madre pueden seguir la dinámica de ensayo.

El retorno postparto

Otro hecho que pone de relieve Rius es que las madres necesitan un tiempo de recuperación posparto, pero que esto no significa que esta persona haya cambiado completamente. "Cuando se va recuperando, también debería recuperar este sitio dentro de las piñas o en los troncos, pero a menudo es muy difícil recuperarlo", explica.

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De esta manera, asegura que, si existe una técnica concienciada, será muy fácil este estribillo gradual.

Toda esta serie de circunstancias hacen que todavía haya una desproporción en los primeros meses o años de maternidad, que los grupos deben ir afrontando para lograr una mayor equidad entre sexos.