Matthew Perry: "Los médicos dijeron que tenía un 2% de posibilidades de sobrevivir"

BarcelonaEl actor Matthew Perry no se ha escondido nunca de las adicciones que sufría cuando la serie Friends lo había convertido en una celebridad global. Porque mientras él daba vida al simpático Chandler Bing estaba pasando una fuerte crisis personal por culpa del consumo de drogas. Ahora, 28 años después del estreno de esa ficción, el actor norteamericano se ha vuelto a colocar bajo los focos a través de un libro autobiográfico en el que profundiza en los problemas que tuvo con el alcohol y otras sustancias. Un relato en el que no se corta, hasta el punto de admitir que estuvo a las puertas de la muerte.

Con el título de Friends, lovers and the big terrible thing, el libro le ha servido para que la revista People le dedique una entrevista en profundidad en la que da detalles muy potentes. Así, aunque las memorias saldrán a la venta el 1 de noviembre en Estados Unidos, se ha sabido, por ejemplo, que los médicos llegaron a comunicar a la familia de Perry que no saldría adelante. "Los médicos le dijeron a mi familia que tenía un 2% de probabilidades de sobrevivir", revela sobre un episodio que públicamente fue presentado como que había tenido que pasar tres meses ingresado por una perforación gastrointestinal. Esos hechos tuvieron lugar en 2018, cuando tenía 49 años. Ahora, sin embargo, reconoce que su colon sufrió aquella afección pero por haber abusado de los opioides. También pasó dos semanas en coma y cinco meses en el hospital y tuvo que usar una bolsa de colostomía durante nueve meses, ha trascendido.

Pero Perry también habla de los malos momentos vividos durante el rodaje de Friends. El actor afirma que ingresó en dos clínicas de desintoxicación para superar su dependencia de los analgésicos, los opiáceos y el alcohol. De hecho, su adicción era tan grande que afirma que no es capaz de recordar gran parte de cómo rodó las temporadas 3 y 6. Pero sus problemas de adicción no se debieron a la fama mundial que le proporcionó la serie, puesto que cuando empezó el rodaje de la primera temporada y tenía 24 años ya era adicto al alcohol. "Podía gestionarlo más o menos. Pero cuando tenía 34 años estaba realmente metido en muchos problemas", admite Perry a People, y también revela que tomaba 55 pastillas de vicodina. "No sabía cómo parar. No podía, porque la enfermedad y la adicción son progresivas, y por eso empeoran y empeoran según te vas haciendo mayor", apunta. El actor, de 53 años, señala que ha relatado su infierno porque opina que así podrá ayudar a otros. "He tenido que esperar a estar completamente sobrio, y lejos de la enfermedad activa del alcoholismo y de las adicciones, para escribir sobre todo esto", concluye.