Montserrat Barceló nació en Granollers en 1967, ciudad en la que ha continuado ligada a lo largo de la vida. “Desde pequeña se me metió la idea en la cabeza que quería ser médico e ir a trabajar al continente africano”, recuerda. Barceló también explica que, desde los 9 años, sus padres le mandaban a pasar el verano con una familiar en Irlanda: "A ella le debo buena parte de mi éxito profesional, porque me permitió aprender idiomas que he necesitado después" . Tal como detalla, la medicina era su pasión y decidió estudiar la carrera en el Hospital Clínic y en la Universidad de Barcelona entre los años 1984 y 1988. Fue la primera universitaria de su familia. Sin embargo, el último año de carrera se casó, muy joven, y se fue a Santander: “Mi marido era jugador de balonmano, una pasión que compartimos, y le salió la oportunidad de fichar por un equipo de Cantabria, así que trasladé el expediente a la universidad de allí para terminar los estudios de medicina”.
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El balonmano como hilo conector
Por su conexión con el balonmano, Barceló empezó a trabajar de profesora de castellano para jugadores extranjeros, primero en Granollers y después en Santander. “Haciendo de profesora de idiomas para jugadores suecos conocí a una empresa de aquel país que se dedicaba a los ensayos clínicos, Clinical Data Care. Querían abrir mercado en España y me ficharon”. Barceló abrió su filial sueca desde Barcelona y sin experiencia, pero continuó en la compañía trece años hasta que fue adquirida por el grupo TFS. Dentro de esta nueva empresa con sede en Boston, Barceló continuó otros catorce años en el sector y llegó a ser jefe de operaciones a escala mundial: “Barcelona era y es un polo de atracción para el talento internacional en el ámbito de la investigación clínica, y en nuestro caso llevábamos la facturación global de toda la compañía desde aquí”.
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Consultoría y mujer directiva
Pero en el 2019, Barceló salió de TFS para empezar una nueva etapa como consultora. “Después de muchos años en el sector, cogí una posición más de consultoría con muchas empresas del mundo de la salud y en algunas todavía estoy vinculada”. En paralelo, participó en la fundación de EJE&CON, una asociación a escala estatal de ejecutivas y consejeras: “Siempre me había visto rodeada de hombres en el mundo empresarial, pero es una situación a revertir y las empresas deben entender que la equidad de género es esencial. Habiendo trabajado en compañías nórdicas, ahí son conceptos que ya están totalmente superados, pero aquí todavía no”. En los últimos años, Barceló ha sido cofundadora del grupo de mujeres inversoras WERock Capital y actualmente es la vicepresidenta europea de Veristat, una compañía estadounidense de investigación clínica con sede en el Barcelona Health Hub. "Mis retos de futuro implican involucrarme y apoyar a las mujeres que lideran empresas por primera vez".
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Lecciones de vida
“Uno de los mayores errores de mi trayectoria es no haber tenido un mentor hasta los 45 años. Creo que estos vínculos te abren mucho los ojos porque te preparan en torno a una marca personal, pero también con una mirada geopolítica y estratégica muy necesaria para las mujeres”.
“España es uno de los países de Europa con un porcentaje más bajo de mujeres ejecutivas y consejeras en las empresas. Muchas veces las mujeres tenemos el síndrome de la impostora, pero debemos tener más confianza en nosotros y cerrar filas, porque los hombres nos llevan mucha ventaja, ocupan los mejores cargos y no dudan”.