El municipio catalán donde sus habitantes no van a votar

El 70% de los vecinos se han abstenido en las últimas contiendas electorales

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El Mirador del Penedès, una de las urbanizaciones del Montmell

BarcelonaA los vecinos del Montmell que les toca estar en una mesa electoral la jornada se les hace larga. Más allá de las horas que deben estar, la poca afluencia de votantes en las urnas hace que el tiempo pase lento. Este municipio del Baix Penedès es el más abstencionista de Cataluña. Lo fue en las últimas elecciones al Parlament, cuando sólo 525 habitantes de los 1.425 censados ​​ejercieron el derecho a voto, con una participación del 36,8%, más de veinte puntos por debajo de la media catalana de ese día (57, 9%). Entre los pocos votantes que acudieron a la convocatoria electoral, además, dos votaron en blanco y cinco votaron nulo. En las del 2021, que se celebraron en plena pandemia, la participación fue aún más baja y solo votaron 425 vecinos (32,5%), también el pueblo con menos porcentaje de votantes.

Menos personas, concretamente 388, acudieron el domingo al centro cívico, punto de votación, para apoyar a alguna de las candidaturas que concurrían a las europeas, cuya participación tocó fondo con menos del 26,9% del censo. Pese a la baja asistencia a las urnas, los Valles de Valira (Alt Urgell) desbancó al Montmell del primer puesto, pero sólo por siete décimas (26,2%).

Juan Molina es uno de los que se abstuvo el domingo y su abstención es significativa porque había sido concejal del PSC. "Tengo 57 años y es la primera vez que no voto y no será la última", avisa, y asegura que buena parte de su familia tampoco pasó por las urnas: "La gente está quemada y cada vez cree menos en la política". Las problemáticas locales explican el desencanto. "Las urbanizaciones están hechas una mierda y pasan los años y no se arreglan y la gente ve que no sirve de nada votar". El Montmell acoge tres pequeños núcleos y hasta ocho urbanizaciones alegales que no están asfaltadas ni tienen alcantarillado. "Algunas urbanizaciones están situadas lejos del centro cívico donde se vota, y que haya que hacer ese esfuerzo para que todo siga igual hace que muchos vecinos pasen", añade.

El alcalde, José Roldán, lo suscribe: "A la gente le da pereza recorrer 25 minutos en coche para votar en unas elecciones, sean las catalanas o las europeas, que les afectan menos. Pero a las municipales sí s llega al 50%". Roldán, que se presentó con un partido vinculado al PDECat, destaca también otro factor: el descontento con la política. Lo ve por igual el exconcejal socialista. "Hace un mes de las elecciones catalanas y todavía no hay Gobierno, aquí no hay quien gobierne, es un despropósito, debería gobernar quien gana. Si cuesta que dos personas se pongan de acuerdo, ¿cómo lo harán tres o cuatro ¿partidos?", se pregunta ante la situación de incertidumbre en la Generalitat.

El pueblo que más ha crecido de Cataluña

Otro factor que explica el absentismo en las urnas es el crecimiento demográfico que ha experimentado en los últimos veinte años, pasando de poco más de 400 habitantes a casi 2.000. De hecho, es el pueblo de Catalunya que más ha crecido en porcentaje con un 362,5%. ¿El motivo? Que el precio de la vivienda está muy por debajo de las localidades vecinas porque las urbanizaciones carecen de servicios. "Han venido muchos europeos o gente que sólo tiene interés en plantar marihuana, que han encontrado un sitio barato", critica Lucía Pombo, que regenta una bodega. El alcalde dice que el perfil de personas que han llegado, "de clase trabajadora", es más abstencionista que la gente mayor, y admite que el elevado paro (19%) también puede desincentivar al electorado.

El concejal de ERC, Jordi Garcia, coincide en su diagnóstico: "Es una población con un nivel socioeconómico bajo al que no le interesa la política y que ve que, pase lo que pase en Catalunya, aquí nada cambia" . En este escenario de desafección, el dirigente republicano subraya que sí se ha movilizado a un electorado que antes no iba a votar: "Los votantes de Vox venían en masa a las catalanas, era un voto de protesta contra la amnistía y Puigdemont" . La formación de extrema derecha pasó a ser la segunda fuerza más votada con más de un 20% de los votos en las europeas. "Las ocupaciones han disminuido, pero en los grupos de WhatsApp de los vecinos de las urbanizaciones algunos lo aprovechan para hacer propaganda de Vox", lamenta Sonia del Amo, de la asociación GatoGat. Ella, a diferencia de buena parte de sus vecinos, siempre vota: "Y si no lo tengo claro siempre está Pacma", concluye riendo.

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