Nook, el libro electrónico que casi noquea al gigante de las librerías
La competencia evolucionó y el aparato que debía competir con Kindle quedó retrasado
El 20 de octubre de 2009, en Nueva York, el gigante estadounidense de librerías Barnes & Noble convocó a la prensa. Después de años pensándolo, había decidido apuntarse a la moda del momento: el libro electrónico. Si bien medios como The New York Times y The Wall Street Journal ya habían avanzado algunos detalles, la rueda de prensa sirvió para confirmarlos: la cadena estaba lista para lanzar al mercado a su primer lector de libros electrónicos, de marca propia. Bajo el nombre de Nook, la compañía había diseñado un dispositivo equipado con pantalla de color, sistema operativo Android de Google y un precio de 259 dólares.
La acción certificaba la decisión que ya se olía desde hacía tiempo: Barnes & Noble, el rey de todas las librerías, finalmente daba el paso de entrar en este mundo, que parecía no parar de crecer , especialmente desde el estreno de Kindle, el libro electrónico de Amazon.
“En 2009 nos encontrábamos en pleno auge del netbook, un dispositivo más pequeño que el portátil pero mayor que el teléfono Blackberry de la época, muy útil para el entretenimiento multimedia”, contextualiza Neus Soler, profesora de marketing de la UOC. Los lectores de libros electrónicos eran una evolución, con pantallas que permitían leer sin tantas molestias oculares. “Entre el 2008 y el 2012 se vivió un efecto novedad –explica Soler–. Las perspectivas para Nook eran muy positivas, porque el consumidor estaba predispuesto a utilizar aparatos de este tipo y tan sólo había un fuerte competidor en el mercado”. La prensa leyó la salida de este nuevo dispositivo como una intención de la cadena de librerías de parar los pies en el Kindle de Amazon. Parecía que los vientos soplaban a favor de la compañía.
Barnes & Noble definió su flamante dispositivo como el “lector electrónico más avanzado del mundo”. Desde el mismo aparato, por ejemplo, se podían descargar más de un millón de libros de la tienda digital de la cadena, medio millón gratuitos gracias al acuerdo con el servicio Google Books. También permitía intercambiar libros entre los dispositivos e incluía un teclado táctil. Tres años más tarde, en 2011, Consumer Reports le distinguió como el mejor lector electrónico del mercado. Pero las cosas ya habían cambiado mucho. Empresas como Google y Apple ya habían lanzado dispositivos similares, y la librería lo tenía difícil para arañar mercado en Amazon. Pese a la extensa red de tiendas de la cadena, con más de 650 locales en los que se podía probar el producto, el Nook había logrado sólo una penetración del 13,4%. Asimismo, el sector del libro tradicional también pasaba por un mal momento. En 2013, sus tiendas vendieron un 8,8% menos de publicaciones en papel. La sangría fue aún mayor en las ventas de sus dispositivos, que se desplomaron un 34%.
“Con el paso del tiempo, la competencia se había fortalecido y su producto quedó tecnológicamente retrasado”, explica Neus Soler. Actualmente, Nook ha evolucionado y, gracias a acuerdos con Samsung y Lenovo, todavía se fabrica