Oleoductos y gasoductos. Conexiones que pronto tendrían que ser historia
Hoy en día hay 468 nuevos proyectos en marcha para construir 212.000 kilómetros más de gasoductos y oleoductos, unas estructuras que se sumarán a una red global de 3,5 millones de km y que sumarán un 2% anual de energía fósil al sistema, cuando lo que hace falta es reducirla.
Un lío de líneas empaña el mapamundi, con revueltos caóticos sobre los Estados Unidos, Rusia y Europa. Es el dibujo de los oleoductos y gasoductos que conectan subterráneamente territorios: 3,5 millones de kilómetros de tuberías en 120 países diferentes –a pesar de que la mayoría están concentrados en EE.UU., Rusia y Canadá– que transportan gas natural o petróleo, unos combustibles fósiles que los gobiernos se han comprometido a ir reduciendo hasta llegar a cero. Son conexiones que pronto tendrían que ser historia, pero no lo parece.
A pesar de que en 2020 se redujo un 13% la construcción de nuevas tuberías de este tipo, a causa sobre todo de la crisis generada por el covid-19, con una caída del precio del petróleo espectacular durante el pico del confinamiento el abril del año pasado, lo cierto es que hay todavía 468 nuevos oleoductos o gasoductos en construcción o planificados, según el informe Pipeline Bubble 2021 del Global Energy Monitor. Hay 37.000 kilómetros en construcción y 175.000 kilómetros más en fase de preconstrucción, que supondrán una inversión total de 1,07 billones de dólares (unos 900.000 millones de euros).
Cumplir el Acord de París
El informe alerta que estas futuras conexiones supondrán un crecimiento anual del 2% en la producción de energía fósil, cuando los científicos climáticos de la ONU han dejado claro que para evitar un calentamiento global de 1,5ºC hay que reducir la producción de petróleo un 4% anual y la de gas un 3% anual de aquí a 2030.
La gran mayoría (un 42%) de las nuevas construcciones están en la región del Ásia Pacífico, impulsadas principalmente por China, que se ha comprometido a llegar a cero emisiones netas en 2060. Y el 83% de las nuevas construcciones son gasoductos, lo cual demuestra un traspaso desde el petróleo, que predominaba a finales del siglo pasado, hacia el gas natural. Pero, por mucho que algunos gobiernos lo quieran incluir dentro del paquete de energías “verdes”, el gas (natural o licuado) es también un combustible fósil y también tiene que acabar desapareciendo si se quiere cumplir el Acuerdo de París.
A pesar de los discursos públicos sobre la “recuperación verde”, desde el inicio de la pandemia los gobiernos del G20 han comprometido 242.000 millones de dólares en inversiones a proyectos de combustibles fósiles, ante 180.000 millones en proyectos de renovables. Y es que hay quien defiende que aunque la red global de gasoductos y oleoductos son las venas de la economía, pero es una economía que está desangrando el planeta.
Una gran red mundial
Oleoductos y gasoductos operativos, en construcción y proyectados, y cinco escenarios para entender la situación global
Keystone XL. La suspensión del gran proyecto entre EE.UU. y Canadá pone en cuestión el futuro de estas conexiones. Nada más llegar a la Casa Blanca, Joe Biden paró el proyecto Keystone XL, que tenía que atravesar Nebraska, Dakota del Sur y Montana antes de entrar en Canadá. La oposición de ambientalistas, sociedad civil y tribus indígenas obtiene una primera victoria en el segundo constructor del mundo.
Nord Stream 2. A pesar de la gran oposición internacional e interna, Alemania ha sacado adelante su acuerdo con Rusia. Este gasoducto que atravesará el mar Báltico está en construcción. Serán dos tuberías más que se sumarán a las dos del Nord Stream, inauguradas en 2011, las cuatro propiedad de la rusa Gazprom y operadas por la misma empresa.
El principal impulsor de nuevos gasoductos. China encabeza el ranking de más kilómetros en desarrollo. El proyecto más largo es un gasoducto de 8.372 km que atravesará el país desde el este hasta la región de Xinjiang. También tiene previsto extender sus conexiones con Rusia, de donde importa gas natural licuado.
Proyectos en la África impulsados por China. La china Pipe China lleva 25 años de presencia en África y tiene proyectos en 20 países del continente, como el gasoducto transnigeriano financiado por el Banco de China o el polémico oleoducto Uganda-Tanzania que impulsa con la francesa Total.
Catástrofe medioambiental en el derrame a los ríos Napo y Coca, en Ecuador. En plena pandemia, el 7 de abril del 2020, un desprendimiento rompió dos oleoductos en las provincias ecuatorianas de Sucumbios y Napo, y dejó unas 100.000 personas afectadas por la fuerte contaminación del agua.