Violencia sexual

Once años de prisión para el violador en serie que atacó a cuatro mujeres vestido de 'rider'

La Fiscalía le pedía hasta 36 años de condena pero la Audiencia tiene en cuenta que el agresor ha indemnizado a las víctimas y que las penas han cambiado

BarcelonaEntre noviembre del 2020 y enero del 2021 cinco agresiones sexuales casi consecutivas en Barcelona alarmaron a los Mossos d'Esquadra: a las víctimas las había atacado un rider que se colaba detrás de ellas cuando entraban en el portal de casa, aprovechando que iba vestido con el uniforme y la bicicleta de una conocida empresa de comida a domicilio. La policía pudo arrestar al violador, que llegó a grabar con el móvil el último de sus ataques. Al hombre lo juzgaron el noviembre pasado. La Fiscalía, que lo considera un violador en serie, le pedía 36 años de prisión, pero la Audiencia de Barcelona lo ha condenado finalmente a once años y tres meses de prisión y diez años más de libertad vigilada.

A pesar de que considera que los cuatro ataques que llegaron a juicio –en el quinto caso no se encontraron suficientes pruebas para atribuirlo al procesado– se tienen que considerar agresiones sexuales, los sitúa en la parte baja del tenedor de condenas que establece la nueva ley del solo sí es sí y tiene en cuenta el hecho de que el condenado indemnizó a las víctimas con 4.500 euros justo antes del juicio. La sentencia también le prohíbe acercarse o comunicarse con estas mujeres durante 33 años.

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Según el tribunal, el condenado "eligió de manera premeditada y deliberada" a sus víctimas: se aprovechaba de la "soledad" de las mujeres cuando entraban en el portal de casa, ya por la noche y en plenas restricciones por la pandemia, de su "superioridad" física y de la "confianza" que les generaba el hecho de que llevara el uniforme de un repartidor de comida a domicilio que podía tener que entregar un pedido en su mismo edificio. Una vez dentro, dice la sentencia, las "acorralaba" en un rincón del portal o en el ascensor y las agredía.

En el último de los ataques –que es el que la Audiencia de Barcelona castiga con más años de prisión porque lo considera una violación– el hombre grabó con el móvil a la víctima mientras la agredía. El tatuaje de la mano del agresor que aparece en el vídeo ha sido uno de los elementos clave a la hora de identificar al condenado como el autor de las agresiones, a pesar de que el tribunal ha tenido en cuenta otras pruebas, como por ejemplo el uniforme o las características de la bicicleta que conducía. Así mismo, también ha jugado un papel importante el informe policial que estableció un mismo patrón de conducta en todas las agresiones para poderlas vincular al mismo autor.

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La sentencia también destaca el relato "coherente y sin contradicciones" de las víctimas. Por el contrario, el ahora condenado negó los hechos en el juicio y alegó que durante la época de los hechos consumía drogas, una circunstancia que el tribunal también desestima a la vista de las pruebas que los forenses le hicieron en el momento de la detención. En cambio, los magistrados tienen en cuenta como atenuante el hecho de que indemnizara a las víctimas antes del juicio. Aún así, la sentencia establece que la indemnización total a las mujeres tendrá que ser de 70.000 euros.

Más pena para la Manada de Sabadell

Por otro lado, este miércoles el Tribunal Supremo ha elevado también la condena para tres de los miembros de la Manada de Sabadell condenados por violar por turnos a una chica de 18 años en una nave abandonada de la ciudad en febrero del 2019. Los magistrados creen que hay que considerarlos cooperadores necesarios de todas las agresiones, aunque no fueran los autores materiales.

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La clave del cambio es que el Supremo entiende que los tres agresores son responsables de crear "el escenario de terror" –tal como describía la primera sentencia el espacio donde los hombres habrían llevado a la chica por la fuerza y la habrían violado– utilizado para intimidar a la víctima, de 18 años. Por eso eleva de 13 años y medio a 24 la condena a dos de los agresores y de 22 a 28 al tercero. La Audiencia de Barcelona no pudo juzgar a dos de los autores de las violaciones porque uno de ellos no ha podido ser identificado y el otro huyó antes del juicio, aprovechando que estaba en libertad provisional.