Hablemos de dinero

Òscar Andreu: "Vivo en una lucha constante por no trabajar"

El cómic vallesano repasa su trayectoria y explica cómo organiza la economía doméstica

El dinero siempre ha estado presente en la vida del guionista y humorista Òscar Andreu. “Vengo de una familia humilde del extrarradio de Terrassa y el dinero era lo que no teníamos. Los teníamos que buscar para llegar a fin de mes y tampoco se discutía demasiado al respecto”, rememora. Según explica Andreu, sus padres habían tenido todo tipo de trabajos y montaron varios negocios, como una tienda de alimentación o un bar, entre otros. “Al final, en casa ya teníamos asumido que los Reyes quizás nos traían sólo un regalo en lugar de cuatro o que no íbamos de vacaciones. Era una realidad muy interiorizada”, recalca el comunicador vallesano.

En cuanto a su vida laboral, Andreu también narra cómo empezó a trabajar desde muy joven en los diversos negocios de su familia. “Yo había estado detrás del mostrador o sirviendo tablas desde pequeño, pero mi primer sueldo fueron 50.000 pesetas que cobré en negro a los 15 años trabajando en una fábrica clandestina de cogollos de lana. Con ese dinero me compré unos Dupis, los Donuts de los pobres”, relata el humorista. Durante su juventud, Andreu también realizó otros trabajos, como profesor de clases particulares o de volver a un taller ilegal de piezas de coche.

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Dentro del mundo de la comunicación, Andreu explica que empezó a trabajar en la radio siendo un adolescente en Radio Kaos, una emisora ​​libre fundada en Terrassa. Sin embargo, el primer salario de Andreu de guionista le llegó los fines de semana a Ràdio Barcelona. “Pasé por todo tipo de programas y emisoras como guionista, siempre a la sombra de otros presentadores, y cuando salía de la radio, me iba a trabajar al Saber y Ganar con Jordi Hurtado. Pero ese ritmo solo me duró seis meses y después me quemé y tuve que dejar algunos trabajos”, recuerda el cómic.

En aquella época, Andreu compartía piso en el Raval con su socio actual, Òscar Dalmau: “Vivíamos en un piso de cincuenta y dos metros cuadrados por el que pagábamos 300 euros. Apenas tenía luz natural. En 2009 nos ofrecieron realizar nuestro propio programa en RAC1, pero hasta el momento hacíamos guiones como freelances por programas como Vinagre u otras series”. De hecho, Andreu confiesa que en un inicio no estaban muy convencidos de la oferta. "Pensábamos que era demasiada responsabilidad y dijimos que no tres veces, pero al final es lo que siempre habíamos soñado desde que nos conocimos en 1993 en la facultad", dice el humorista.

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Durante estos quince años al frente de La Competencia, Andreu explica que también ha aprendido a tomar un rol más de cabeza y se muestra muy agradecido con Dalmau, su compañero: “Creo que somos unas buenas cabezas, pero ¿qué debo decirte, yo? La gente no abandona y sabemos que, más allá del trabajo, somos humanos. De Dalmau he aprendido mucho, especialmente a negociar”. Sobre la relación con su socio, Andreu dice que trabajar desde hace veinticinco años ha sido su "mejor decisión”.

A título personal, Andreu también expresa que su día a día “es basa en una lucha constante por no trabajar", un plan que "de momento no se está implementando". "Tengo tendencia a quemarme muy rápido, y por eso intento tener unas rutinas claras", destaca el humorista. esto, Andreu admite que con el tiempo también ha empezado a rechazar trabajos y saber priorizar: "Al final he tenido que aprender porque es justo y necesario para la salud mental mía y de todos".

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En relación con sus finanzas personales, Andreu no se considera una persona especialmente organizada, aunque tener hijos y hacerse mayor "la ha hecho mejorar poco a poco". "Vengo de un extracto social muy humilde, pero eso no me hace ser un tacaño. No tiro el dinero, pero tengo pocos caprichos. No tengo coche y tengo una moto que no sé ni dónde está aparcada", afirma. En la misma línea, Andreu también explica que es muy conservador con sus ahorros y que nunca ha invertido en nada: “Siempre pienso que los del banco quieren engañarme, no tengo los conocimientos todavía para saber distinguir qué significa en limpio y en bruto, la verdad es que no he hecho mucho los deberes”.

De cara al futuro, Andreu confía en poder dedicarse a la comedia a largo plazo. “No pienso que se pueda acabar nunca este trabajo, pero si llega el momento, no se me caerán los anillos para volver a realizar trabajos como los que tenía en los inicios”, concluye.