Vivir bajo el mismo techo que el resto de habitantes de su población puede parecer una idea peculiar, pero ésta es la realidad de los residentes de la pequeña ciudad de Whittier, en Alaska. Casi todos ellos –más de 200– viven en un bloque de pisos llamado Begich Towers, rodeado de montañas y mar. El lugar está tan aislado que sólo se puede acceder por un túnel unidireccional de 4 kilómetros, el más largo de Norteamérica.