El Pota Blava, un pollo tradicional para disfrutar en la mesa

Buena parte de los 10.000 pollos con IGP criados anualmente en la Granja Avícola Torres, ubicada en el Delta del Llobregat, se consumirán durante las fiestas navideñas.

Desde 1987, el sector productivo tradicional y elaboradores de la raza catalana Prat se agrupan bajo la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Pollo y Capó del Prat. El principal productor es Granja Avícola Torres, que produce pollos y capones Pota Blava y diferentes elaborados derivados de gran calidad como confit, lasaña, canelones y croquetas (www.granjatorres.com). Se trata de una especie que, primero, llama la atención por su aspecto, con unas patas de color azul pizarra como máximo exponente, y que, una vez en la mesa, sorprende desde el primer bocado. Se tratan de ejemplares criados al aire libre, que siguen una alimentación supervisada por la propia IGP para asegurar una presencia de cereales de al menos un 65% y la total ausencia de factores de crecimiento o grasas animales.

Los ejemplares de la IGP Pollo y Capó del Prat pertenecen, sin embargo, a una raza avícola autóctona y rústica mediterránea que no ha experimentado ningún cruce, cuyo período de crianza es de cinco meses de media, muy por encima del mínimo de 77 días que marca el reglamento. Estos datos ilustran a la perfección el respeto y la sostenibilidad que guían la crianza de una raza que conserva el sabor de la tradición a la vez que pone en valor la cultura en torno a un producto agroalimentario de calidad y autóctono del Baix Llobregat, en este caso encabezado por una granja ubicada en el Delta del Llobregat, la cual es responsable para sorprender a sus familias durante las comidas navideñas.

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Carne muy trabajada y versátil

Su carne, rica en proteína, fina y melosa, de sabor intenso y un sutil aroma a frutos secos, casa a la perfección en platos y guisos típicos de estas fechas como son el capó o el pollo asado de Navidad. Tal y como apunta la presidenta de la IGP, Montserrat Torres, "el aspecto morado de los muslos deja entrever que se trata de una carne muy trabajada, por lo que, si apostamos por un capó o pollo asado, no nos hará falta un relleno demasiado potente". Torres sugiere prepararlo con unas ciruelas o manzanas, "favoreciendo que la intensidad de la carne del Pota Blava contraste con la dulzura del relleno". Lo único que deberemos tener en cuenta es que los ejemplares de la IGP requieren una cocción lenta que, dependiendo de su tamaño, será de al menos dos horas. "Y siempre a fuego lento, acompañado de especias aromáticas y regado constantemente con caldo, vino o coñac", concluye Torres.