¿Qué puedes hacer si odias los 'afterwork' de trabajo con tus compañeros?
Alexandra Masó te explica cómo enfocar los encuentros organizados fuera del ámbito laboral con los colegas de la empresa
En mi trabajo está la tradición de hacer el 'afterwork' con unas cervezas en un bar. Me siento presionado para ir, pero no me apetece. ¿Es de mal compañero? ¿Tengo que decir abiertamente que no quiero ir?
Edu, Barcelona
No es de mal compañero, pero sí de compañero líquido. Cogiendo la expresión de Zygmunt Bauman, un compañero líquido sería aquel que se nos desliza como el agua, no lo acabamos de conocer ni entender. Y tú, amigo mío, estás siendo un compañero líquido. Si éste es un trabajo pasajero, puedes decirles tranquilamente que no te interesan los afterworks. Pero si estás a gusto y estás pensando en quedarte, intenta introducirte un poco más en su cultura corporativa y, por tanto, en los suyos afterworks.
No hace falta que vayas a todas las citas, asiste a un afterwork de cada tres, si lo prefieres. Cuando vayas, no te lo plantees como un divertimento, sino como una inversión laboral. Aunque sea en un bar, estarás haciendo un trabajado de networking. Cierto que se hacen encuentros de networking profesional y sus asistentes pagan por ir. De hecho, en la mayoría de empresas es bastante difícil tener un espacio como éste donde conocer mejor a los compañeros, y a ti te lo han servido en bandeja. Aprovecha la situación, intenta conocer mejor a los compañeros en estos afterworks, prepárate preguntas –que no sean demasiado inquisitivas– y descubre roles. No hace falta que te promociones o hables de ti, simplemente actúa como un antropólogo curioso por tomar el pulso a la empresa y descifrar su red de relaciones.
Y, sí, está fuera del horario de trabajo. ¿Pero cuando, si no, invertimos en nuestro futuro laboral? A veces la inversión se hace estudiando un máster, pero habitualmente la inversión son cosas tan sencillas como enviar ese artículo que te ha gustado a los colegas o felicitar por WhatsApp a un compañero por el día de su cumpleaños. Son pequeños gestos que sirven para estar mejor en el trabajo, para mantener la posición que ya te gusta o para llegar a lugares que deseas.
Y recuerda: somos seres sociales y la red social que tejemos también será nuestro colchón en las caídas.