Una semana de vacaciones al trimestre altera la rutina familiar en Reino Unido
El calendario escolar británico, mucho más roto que el del Principado o las islas, ofrece ventajas, pero también puede presentar grandes inconvenientes económicos
LondresEl 30 de octubre supuso un gran alivio para Caroline Robertson, ya que después de una semana de vacaciones, el hijo ha vuelto a clase. La encuentro a las puertas de la Hillyfield Academy, una escuela primaria mixta del distrito de Waltham Forest, en el noreste de Londres, para alumnos hasta los 11 años. Se financia con recursos públicos, pero es gestionada por un trust, de forma pseudoprivada. Ésta es una de las características de la reforma que empezaron a introducir los laboristas en Londres a principios de la década de 2000, y que cobró un renovado impulso bajo la tutela de los conservadores en la última etapa del gobierno de David Cameron, entre 2015 y 2016, antes de que dimitiera.
Para padres y estudiantes, en principio, no hay ninguna gran diferencia en relación con las llamadas community schools, que dependen directamente de la gestión de los distritos. Los programas educativos son similares, si bien las academias, como otros, no necesariamente deben seguir el currículum nacional, en otros términos, el plan de estudios general que establecen las autoridades. Además, pueden ofrecer todo tipo de actividades extra, con ampliación de horas, como música, drama, danza, fútbol, arte, street dancing, atletismo, etcétera. Academias o comunidades no son los únicos tipos de escuela que conviven en el país. Hay muchas: los centros religiosos, las free schools, de gestión totalmente privada, pero financiadas también por el gobierno, y que fijan sus propias condiciones laborales para el personal docente; o, las private o independiente schools, con matrículas anuales que pueden oscilar entre las 8.000 y las 30.000 libras, para los internados exclusivos.
Proximidad a casa
En el caso de Caroline, que Hillyfield fuera una academy no fue el motivo de la elección. Fue la proximidad al domicilio –el catchment area, que provee a la mayoría de los alumnos del centro–, y el hecho de que su hijo, Maurice, tuviera que empezar la enseñanza obligatoria prácticamente el mismo año en que la sección del Lloyd's Park del centro –tiene otra, anterior, en otro lugar del barrio– abriera un par años antes y encontraran plaza. En total, con las dos sedes, Hillyfield Academy tiene unos 1.300 alumnos.
"La semana de half term ha sido como siempre, algo difícil de combinar con el trabajo, aunque he podido hacer tres días de teletrabajo", dice Caroline, de 46 años, separada, civil servant del ministerio de Trabajo y Pensiones, que se ocupa en solitario del hijo por "ausencia del padre", dice. Half term –vacaciones de mitad del trimestre– es uno de los términos que más condiciona la vida escolar de los alumnos de primaria y secundaria en Reino Unido y, por extensión, de los padres. Sin embargo, en este caso generalmente mucho más de aquellos que tienen hijos más pequeños. Este corresponsal, de hecho, guarda el mismo recuerdo de cuando los dos hijos iban a primaria. Vida laboral y vida familiar siempre se convertía en un reto a medio trimestre, cuando la rutina escolar quedaba alterada y las criaturas permanecían en casa toda una semana.
Caroline se reconoce "afortunada, porque puedo ir haciendo. Si antes de la covid, el teletrabajo no era una opción para mí, ahora es una posibilidad más". Los días que Maurice no tiene una actividad suplementaria, sale antes del trabajo, pero la madre también entra antes. Una posibilidad extensiva en muchos centros. A las ocho de la mañana puede dejar al niño en la escuela, en el breakfast club, aunque el horario lectivo no se inicia hasta las 8:55. Las clases terminan poco antes de las 4. Y después, o hacia casa o en hacer violín y fútbol, que son las dos actividades que practica el chico.
"Conciliar vida laboral y vida familiar también es una cuestión de clase o, al menos, de dinero", dice ahora Ryan G. Pritchard, otro padre que ha llevado a su hijo, Arnold, de 7 años alAcademy del Lloyd's Park, antes de marcharse al Underground hacia la City, donde trabaja como analista para un fondo de inversión. Pritchard sabe de qué habla porque la semana anterior, mientras Caroline teletrabajaba, este profesional, su madre y sus dos hijos –Arnold es el pequeño; Mary de 13, la mayor ya va a secundaria– se fueron de vacaciones a un pueblecito cerca de Grenoble (Francia), donde la familia de la mujer tiene una casa.
Los half term se repiten tres veces cada curso. A finales de octubre; a finales de febrero ya finales de junio. Hay que añadir las vacaciones de Pascua, Navidad y verano. Las de Pascua son más largas que en Cataluña. Las de Navidad y verano, mucho más cortas. Pero el calendario escolar tiene el número de días lectivos muy similar. Pero para poder conciliar durante los half terms y poder dedicar quality time en la familia es casi imprescindible "tener un trabajo que te lo permita, o que te permita teletrabajar mucho y que, además, te dé dinero suficiente". Al menos, los suficientes para hacer vacaciones una semana al trimestre –durante los half terms los billetes de avión son mucho más caros–, o para pagar el coste de cursos extra o estancias de recreo que no alteren la rutina laboral de los padres, y no tener que pelear con las criaturasen casa.
La relación de los padres con la escuela también es una cuestión de tiempo, condicionada por el trabajo, los recursos económicos y el background cultural. Porque cada vez más, las escuelas del Reino Unido –quizás es lo mismo en Catalunya y Baleares– bombardean a los progenitores con comunicaciones para atender a través de correos electrónicos o mensajes que estallan en el móvil a través de las aplicaciones de los centros. Durante octubre, quien firma esta crónica ha recibido 20 de Fortismore, la secundaria a la que va la hija, de 17 años, informando sobre diferentes aspectos y actividades del centro: desde recaudas para financiar los fuegos artificiales del 5 de noviembre hasta actividades preparatorias del festival navideño, además de las semanales newsletters de la directora. Muy atrás quedan las preocupaciones para que los niños llevaran el uniforme limpio –el uniforme es una gran ventaja del sistema escolar británico; ahorra muchos quebraderos de cabeza cotidianos a la hora de vestirse para ir a clase–, o de asistir a las también numerosas actividades extracurriculares a las que hacen frente los padres.
- Inicio del curso<p>Siempre comienza la primera semana de septiembre. En función del distrito al que pertenece, puede variar las fechas un día arriba, un día abajo. Si usted no es una privada o <em>independiente</em> , por lo general se reanudan las clases después de seis semanas de vacaciones de verano. Las privadas suelen hacer un par más. En todo caso, el calendario será fijado por la autoridad escolar de la que dependan el centro, siempre que sea y se someta al control público.</p><p><br></p>
- Vacaciones de Navidad y Pascua<p>Por lo general, comienzan un día o dos antes de Nochebuena y se reanudan las clases el día 3 de enero. Sin embargo, en el caso de la Hillyfield Primary Academy, que este año extenderá las fiestas navideñas desde el 22 de diciembre hasta el 8 de enero, ambos inclusive. Las vacaciones Pascua se alargarán este año del 29 de marzo al 15 de abril, también ambos incluidos.</p>
- Otras fiestas<p>No es el caso de la Hillyfield Primary Academy, pero las <em>community schools</em> por lo general pueden autorizar ausencias de alumnos de religión judía, musulmana o hindú para celebrar fiestas de sus calendarios específicos. Esto demuestra que, el calendario habitual, respeto, sobre todo, a la tradición cristiana. Las escuelas religiosas adecuan sus fiestas a festivos o celebraciones especiales propios de su fe.</p>