La sonda china vuelve a la Tierra con las rocas del lado oscuro de la Luna
Si la misión tiene éxito, será la primera vez que se obtienen muestras de esa parte desconocida del satélite
La sonda Chang'e-6 de China despegó la madrugada del martes del otro lado de la Luna y comenzó el viaje de regreso a la Tierra, según anunció la agencia espacial de China. La salida con éxito de la sonda no tripulada de la Luna significa que China está ya más cerca de convertirse en el primer país que obtiene muestras de la cara oculta de la Luna. Anteriormente, los chinos ya habían enviado otra sonda a recoger muestras, pero no pudo completar su misión.
La sonda, que ha salido de la Luna a las 23.38 GMT, completó con éxito la recogida de muestras del 2 al 3 de junio. La Administración Espacial Nacional de China (CNSA) ha explicado en un comunicado que Chang'e-6 "resistió la prueba de alta temperatura al otro lado de la Luna". Alejó el pasado domingo en la cuenca Aitken del polo sur del satélite. La CNSA publicó un vídeo filmado por la cámara de aterrizaje cuando la sonda tocó el suelo. En el vídeo, la superficie de la Luna, salpicada de cráteres, se acerca cada vez más a medida que el módulo desciende.
Chang'e-6, bautizada con el nombre de la diosa china de la Luna, es la segunda misión que llega a la cara oculta del satélite. Su predecesora, Chang'e-4, pasó a la historia como la primera en el 2019.
La cara oculta de la Luna es distinta a la visible, donde Estados Unidos, China y la entonces Unión Soviética ya han recogido muestras. Tiene una corteza más gruesa, más cráteres y menos mares, que son planas por las que en el pasado fluyó la lava. No está claro por qué las dos caras de la Luna son tan distintas; las muestras recogidas por Chang'e-6 podrían aportar algunas pistas.
La cuenca Aitken del polo sur, un cráter enorme de unos 1.600 kilómetros de ancho, es una de las mayores de la historia del sistema solar y se cree que el impacto que la creó desenterró material del manto lunar. Este material, si se puede recuperar, podría ayudar a los científicos a conocer mejor la historia de las entrañas de la Luna.
China es el único país que ha enviado misiones a la cara oculta de la Luna hasta ahora. Las misiones forman parte de su creciente ambición espacial en un entorno cada vez más competitivo. El país ha lanzado con éxito una misión en Marte y tiene planes para una futura visita a un asteroide. También aspira a situar a una persona en la Luna antes del 2030, lo que la convertiría en la segunda nación en conseguirlo después de Estados Unidos.
Chang'e-6 es la tercera misión que logra llegar a la superficie lunar este año. Japón se convirtió en el quinto país del mundo en lograrlo cuando su SLIM (la sigla en inglés de Smart Lander for Investigating Moon) alejó en enero. Odyseus, una nave espacial privada construida por Intuitive Machines de Houston, lo hizo en febrero.
Chang'e-6 despegó el 3 de mayo de la base espacial de Wenchang, en la isla de Hainan, en el sur de China. Llegó a la Luna el 8 de mayo, según la agencia espacial china, y la orbitó unas semanas antes de alejar. El descenso duró unos 14 minutos y la sonda utilizó cámaras y un escáner láser 3D para evitar obstáculos durante el alunizaje, según la agencia.
La misión completa durará unos 53 días. Las misiones en la cara oculta de la Luna son complejas porque es imposible establecer directamente comunicaciones con las sondas.
En 2018, China había enviado el satélite Queqiao a la órbita lunar para retransmitir información desde Chang'e-4 a la Tierra. Este marzo lanzó un segundo satélite. Los dos satélites se han utilizado en tándem para permanecer en contacto con Chang'e-6 mientras ésta recogía las muestras. Según explicó la agencia china, la sonda se encuentra ahora en órbita lunar y se unirá a otra nave espacial en órbita. A continuación, las muestras se transferirán a un módulo de retorno, que volverá a la Tierra, con un aterrizaje previsto en la región de la Mongolia Interior en torno al 25 de junio.
El retorno de las muestras lunares a la Tierra es seguido por científicos de todo el mundo, que esperan que el suelo recogido por el Chang'e-6 pueda ayudar a responder a preguntas sobre los orígenes del sistema solar.