¿Se puede trabajar con la gente que quieres?

BarcelonaTengo una propuesta profesional para ir a trabajar con un amigo, pero no sé si es un error trabajar con gente que amas. ¿Qué me recomiendas?

Edu, Hospitalet

Trabajar con personas que amas es muy enriquecedor, pero también un reto. Cuando trabajas con un amigo, debes asumir dos roles: el rol de amigo y el de compañero o gerente. No separar o no tener claro estos dos roles puede conducir a problemas. Por tanto, te recomiendo que aprendas a separarlos.

Una forma puede ser creando un espacio neutral. El espacio neutral puede ser un restaurante, un despacho alquilado o un banco en un parque público. La única condición es que este espacio sea nuevo para ambos y que se encuentre en igualdad de condiciones. Reúnase semanalmente en este espacio para hablar sólo del nuevo rol: qué está funcionando, qué no, cómo se siente, etc.

Otra opción es reforzar el rol de compañeros a través del deporte. Si ya practica un deporte juntos, busque otro distinto. Sea correr, jugar a pádel o practicar remo, se trata de descubrir juntos nuevas formas de cooperación y compromiso.

Una tercera opción es introducir la figura de un mediador que pueda dirigir los primeros pasos de esta nueva relación de forma objetiva. En tal caso, un profesional que se dedique a la gestión de relaciones. La tarea es compleja; por tanto, no se preocupe mucho si hace algunos patinazos o hay algún abucheo. Si no me cree, recuerde cuántos altibajos ha pasado en su relación... ¡y sólo con el rol de amigos!

Por último, un detalle: dices que trabajarás “con” tu amigo, y no “para” él. Si será socio, el primer paso es redactar y firmar un pacto de socios. Tu entrada no debe notarse en la empresa, por ahora. Recuerda que esta empresa ya funciona y tú tienes que encontrar tu sitio; planificar grandes cambios con tu entrada sólo te añade presión. Por tanto, deje por escrito las expectativas que tiene el uno del otro y cuáles serán los límites de sus intervenciones en este primer momento. Más adelante, espero que podáis comer el mundo.

¡Buen provecho!