El 1x1 de los presidenciables de Cataluña
1. En las elecciones del 2015, el independentismo logró la mayoría absoluta en el Parlament, con 72 diputados. En enero de 2018, pese a la victoria de Ciutadans, el independentismo sumaba los 70 escaños necesarios para ser todavía mayoría. En marzo de 2021, la suma de ERC, Junts y la CUP llegaba hasta los 74 diputados. Y, unos por otros, entre egos, callos e ideologías insalvables, dañaron un resultado nunca visto, ilusionante a pesar de la represión y la desunión. Ahora, según las encuestas para el 12 de mayo, el independentismo podría no ser mayoritario en el hemiciclo. Y, si esto ocurre, los medios habituales y los sabios de siempre aprovecharán para cantar las absueltas en el Proceso y darán por enterrados los anhelos soberanistas. Es una cantinela que han convertido, ya, en un disco rayado. De tanto decirlo, esperan que algún día sea una profecía autocumplida.
2. De las cabezas de cartel de esas elecciones capitales del 2015 ya no queda ninguna. En tan sólo nueve años, Raül Romeva, Inés Arrimadas, Miquel Iceta, Luis Rabell, Xavier García Albiol y Antonio Baños han pasado a mejor vida. Están lejos de la política y han dejado de remover las dulces cerezas del poder. Salvo, por supuesto, del incombustible alcalde de Badalona, que no fue apartado del partido ni con la acusación de prevaricación. Ahora, con permiso de Ponsatí y Orriols, tenemos ocho candidatos que, en el próximo mes y medio, veremos en entrevistas, carteles de farola y hasta en la sopa. Sólo uno de ellos será presidente de la Generalitat: Isla, Aragonés, Puigdemont, Garriga, Estrada, Albiach, Carrizosa o Fernández.
3. Salvador Isla. Pasar del gobierno alternativo al gobierno efectivo no será fácil. En el país de las líneas rojas, tanto al límite del juego democrático, tanto Junts como ERC ya han dicho que no le van a invertir presidente. Aunque las encuestas den al PSC por delante del resto, o bien Isla consigue un resultado impactante o tiene muchos números de seguir siendo jefe de la oposición. Si algo tienen los corredores de maratón es que saben sufrir. Si algo tienen los seguidores del Espanyol es que nunca pierden la fe, pese a los resultados.
4. Pedro Aragonés. Enderezado y cauto, ha conseguido que su sastre le haga unos vestidos que se sientan en su talante político. Todo va a medida, todo en su sitio, bien abrochado, pero nada llama la atención. La discreción no combina mucho con el liderazgo. En un punto de osadía, convocatoria electoral. Pedro (Aragón) ha hecho un Pedro (Sánchez). Se le jugó cuando estaba contra las cuerdas, no podía aprobar unos buenos presupuestos y tenía un Gobierno que se aguantaba con pinzas. Optimista por naturaleza, no descarta volver a ser presidente. Debe tener encuestas ocultas. De lo contrario...
5. Carlos Puigdemont. Es ahora o nunca. Todo a una carta. Tiene el relato de ser el presidente expulsado por el 155, tiene la fuerza de seis años y medio de exilio y, ahora, tiene una amnistía que le permite decir: si me hizo presidente volveré para la investidura. La canción no es nueva, pero quizá ahora no va de cacha. La cuestión es si su ilusión y su discurso de Elna –bien argumentado y mejor recitado– todavía es capaz de animar o, por el contrario, siete años después da un poco de pereza. Mal mal, si pasa el rastrillo por los votos de la compasión. Restitución y resentimiento, en campaña electoral, no deberían ir de la mano.
6. Jéssica Albiach: los comunes podrían tener la clave de casi todo, en todas partes, pero su NO perpetuo y sistemático a menudo les castiga a la irrelevancia. Laia Estrada, una buena oradora para comunicar qué? La desorientación de la CUP ha sorprendido a todo el mundo. Ignacio Garriga, le conozco poco por decir nada. Carlos Carrizosa, le conocemos tanto que puede desaparecer del mapa. Alejandro Fernández, el resistente. Quiere demostrar que con coherencia y poco ruido puede llevar al PP a cuarta fuerza al Parlament. Y lo venderían como un éxito.