Atriles nada refistolados
Leemos que veinte diputados del Parlament se han apuntado al servicio "voluntario de asesoramiento lingüístico para mejorar el catalán". En algunos diarios se nos informa que el servicio, que fue idea del presidente del Parlament, Josep Rull, hay tres partidos que no lo han querido: Vox, el PP y Aliança Catalana. Por partidos, hay ocho diputados de Junts, cinco del PSC, los cuatro de la CUP, dos de ERC y uno de Comuns.
Poner en el mismo saco Vox, el PP y Aliança Catalana en este caso es tramposo, porque seguramente las motivaciones son diferentes. El PP no tendrá ningún interés, al contrario, en hablar bien o mal el catalán porque sus dirigentes deben pensar que eso les restaría votos. Lejos queda la época del diputado Manolo Milián Mestre, que rompió con el partido por su deriva anticatalanista. Algunos miembros del partido, como Dolors Montserrat, por ejemplo, hacen un esfuerzo titánico por hablar castellano en todas partes (porque rezuman catalanor involuntaria). En el caso de Vox, ya se ve que algunos de sus miembros catalanohablantes, en las tertulias, cometen errores voluntarios. Ellos dicen "Alemania", ellos dicen "Ucrania", ellos dicen "Argelia" y ellos dicen "El Ródano". A menudo, expresamente, preguntan cómo se traducen en catalán "correcto" refranes castellanos y modismos, tales como "A quien madruga, Dios le ayuda", para remarcar su poca operatividad. Si acaso alguien les dice, con toda naturalidad, que se podría traducir por "Quien madruga hace harina", se decepcionan o no hacen ningún caso. No querían saberlo, lo preguntaban sólo por ideario político.
La motivación de Orriols, en cambio, yo diría que es otra. No pide el servicio porque no lo necesita, como habrá podido comprobar quién le haya oído hablar. Por tanto, es un servicio que podrían pedir quienes no lo necesitan y quienes lo necesitarían no quieren pedirlo. PP y Vox se quejan de que no se haga lo mismo en castellano. Estoy de acuerdo, sin que sirva de precedente. Si en la escuela diera clases de nutrición responsable podría apuntarse todo el mundo, no sólo los que tuvieran sobrepeso.