Birras, prostíbulos y toallas

Tras la metáfora del capitán que no abandona el barco, utilizada en el comité del PSOE, vino la de la toalla, en el Congreso. Sánchez lo repitió cuatro veces en tres cuartos de hora: que no tirará la toalla. La toalla pudo ser el título de una de esas canciones de erotismo de garrafa para excursiones en autocar que cantaba Georgie Dann, pero este miércoles fue un recurso discursivo fácil para que nos quedara claro que no se va.

Míriam Nogueras también pudo firmar una canción del verano con "No hemos venido a tomar birras", aunque eso ya lo sabíamos, porque siempre se la ve enfadada.

Supongo que Feijóo quería que su palabra clave fuera prostíbulos ("¿De qué prostíbulos ha vivido usted?") dicha a gritos para que viéramos que cuando se pone, tiene mal genio. Pero no le sale. Feijóo es una disonancia constante: cuando bromea no hace gracia y cuando grita se pasa. De hecho, su palabra clave de ayer fue dinamita, la que utilizó para derrumbar los puentes que quedaran con el PNV tras preguntarles si e que estaban subvencionados.

Cargando
No hay anuncios

Y después está Rufián, que pasados los fuegos del Procés se ha ido envalentonando hasta dominar la escena parlamentaria como si estuviera en casa de suegro, y actúa como si fuera la conciencia de la izquierda española, alternando grandes verdades como "todo lo que ha hecho, señor Sánchez, lo ha hecho obligado" con aforismos de Instagram del tipo "la gente no mira el BOE, mira el móvil". De hecho, este miércoles, la izquierda le pidió a Sánchez que plante cara al sistema, porque la fachosfera se lo está comiendo. Pero el líder del PSOE apenas tuvo ánimo para no tirar la toalla.