¿Colllons o cojones?

Collons o cojones? Duda. Hamlet bebiendo ácido clorhídrico. Esto le ocurrió a Jesús Moncada. Escritor, ¡eh! No nombre de calle. El tío lo llevaba dentro. Dentro: el corazón, la cabeza, la sangre…. Y els collons. Fuera, los cojones. Nos lo cuenta su hermana Rosa Maria.

"En Jesús, en Jesús quería poder escribir collons, no cojones". Collons era casa, las calles, Mequinenza. Cojones… la educación obligatoria, la dictadura, la ley, la antinatura era cojones. Al final se le hincharon y escribió cómo él era. Cómo era todo el mundo. Lo que desapareció, evaporarse, ahogarse por las aguas: Mequinenza. Cogemos la escafandra.

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¿Hablamos de lo que no está, o sí está? La literatura emergida de los pantanos. Detrás de un océano de tiempo: la exposición y el libro La Cataluña emergida, de los periodistas Òscar Palau y Jesús Jordi. El país que los pantanos se bebieron. Cataluña es sociedad líquida. Gota a gota: San Antonio, Terradets, Camarasa, Baserca, Escaleras, Canelles, Santa Ana, Oliana, Rialb, Sau, Susqueda, La Baells, Darnius-Boadella, La Losa del Caballo, San Poncio, los Guiamets, el Catllar, Siurana, Riudecanyes, Foix y Riba-. No somos una nación: somos una deshidratación. Y los cojones tienen que ver y beber con el agua.

Josep Carner-Ribalta, en uno de los momentos más secos de su vida y de Cataluña escribió la biografía de un río: Sícorios (Segre). Era 1941. Venía reseco, drenado, sediento, desde 1926, siempre junto a Francesc Macià (el hombre, no la plaza): Prats de Molló; Bruselas, Moscú, La Habana, Nueva York, Cataluña, México, más NY, y California… Aún creía que los aliados bajarían con el jeep Willys hasta la piel de toro-fraude para liberarnos. Se murieron de sed y tenían agua.

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Cuando no tenemos una respuesta clara sacamos de la nevera la jarra de la mitología. Necesaria como el agua. La mitología, como la energía, se transforma. Y el Segre era un aspirante a mito. A sueño. El de un país que pasa de oscuras a la luz. De la vela al interruptor. Sícoris es la ficcionización de la realidad: la construcción de la presa de Camarasa ("El Dorado", La Canadiense, las 8 horas…). La historia de un país que creyó que todo era posible encendiendo una bombilla eléctrica. Adiós a los argonautas del Segre. Adiós a aquel pobre Marçal, almadiero de la Pobla, que lleva madera abajo pero que sueña con llevar camiones. A Marianet y al Xatart, que encuentran una mina de carbón en Santa Linya y sueñan con transportar el oro negro con el tren Lleida-Francia… Que nunca ha llegado. Como todo: de sueño a pesadilla. De sed a deshidratación.

No hemos hecho ficción de nuestra realidad. Nuestra realidad nos la han absorbido. Y ahora nos quedan unas páginas. Un diálogo de Sícorios. En un hotel a orillas del Támesis de Londres. El ingeniero catalán Carles Montañès y el ingeniero yanqui Fred Stark Pearson. ¿Y de dónde es joven? "¿Cataluña? Sí, Cataluña, una nación que no figura en el mapa, ni en las estadísticas oficiales". Todo real, pero todo ni ficcionado. sangrando en el fregadero.

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Lo digo porque tengo muertes movidas por el agua en dos cementerios: Rialb y el canal de Urgell. Lo digo porque a la historia de Catalunya millones de personas lo deben todo a muy pocas. Unos se quedaron sin casa, tierras, paisaje, sentimientos y futuro para que otros siguieran en su casa. Lo digo porque cuando abres el grifo no sale agua: sale sangre. Y la sangre no es tuya. Como los cojones de la lengua.