Confieso que he hervido el calabacín
De momento el pelo, como la abuela, uno si es no es; le hago un pijama a rayas. Decía: "Es que si no, es demasiado ingrato". También lo hago así con el pepino. Cuando me lo dan pelado por completo, desnudo, me parece aburrido. Una vez cortado, hacia la cazuela. Y una vez dorado lo cubro de agua. Nunca pondría caldo de pollo. Me parece una trampota, como si ahora, en este artículo, les empalmara muchos puntos y aparte.
Sólo para hacerlo pasador.
Sólo para hacerlo fácil.
El caldo de pollo y los puntos y aparte enmascaran e igualan.
Pienso en aquellos cocineros que han caído del caballo y han “descubierto”, tarde, la erótica de la verdura. Nos han comunicado la buena nueva poniendo en las cartas orgías de lechones, por ejemplo (que los abuelos iban a buscar en la vía del tren, durante la guerra). A estos cocineros, ardorosos, les he visto hacer cosas como cortar la lechuga en juliana. Ay, ay, yo le pondría en la bandeja siempre hoja por hoja por el placer de sentirlo crujir en la boca. Para mí, el requisito máximo es que me toque el ojo (el “luc”). Mi lechuga preferida del mundo, pues, es la de los tres ojos, del Bages. A los cocineros neoverdúricos les he visto sobre todo “hacer las verduras al dente”. Ahora sí. Este punto y aparte es para confesar.
Lo estoy haciendo mucho, este calabacín. Llegará un momento en que en la cazuela sólo quedarán enteros los trocitos de piel. Trocitos verdes nadando en un fondo casi blanco. Antes de la invención del minipímero y de la thermomix, se ataban salsas a mano, como el alioli, y hacía las cremas con un pasapurés manual o tal vez como yo lo estoy haciendo ahora. Que se haga, que se haga la quema de este calabacín, que no ha merecido una cocción más noble y llamativa. Sí, sí, ya lo sé. La judía “demasiado hecha” pierde. Pero, para mí, la masa cruda se iguala a la de súper. Sí, sí. Una cepa demasiado hecha pierde, pero, para mí, una cepa cruda se iguala en el champiñón. Y ahora, ya, me arrodillo, con las orejas de burro y en las manos la cazuela del calabacín hecho, rehecho, fetísimo.