Feliz Diada (con cuatro exclamaciones)!!!!

Para celebrar e incentivar la Diada con coherencia, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya "ha anulado buena parte del decreto de régimen lingüístico que el gobierno de Pere Aragonès aprobó para blindar al catalán como lengua vehicular en la escuela y evitar que se puedan implementar porcentajes lingüísticos", leemos en el ARA. El grupo Asamblea por una Escuela Bilingüe (que se presenta en el mundo con un nombre no muy bilingüe) pedía su anulación y lo ha conseguido. El presidente de la Generalitat ha dicho: "No vamos a permitir que nadie haga uso político de la lengua, porque es lo peor que se puede hacer para la convivencia. El catalán debe seguir siendo lengua inclusiva, propia y transversal del país y la escuela".

A mí a estas alturas de la serie lo que me parece es que es mejor que hagan vía. Que hagan caso a un grupito de padres. Es mucho mejor siempre hacer caso a un grupito de padres que a los pedagogos, a los políticos que hemos votado, a los lingüistas e incluso a los propios alumnos. Porque los alumnos a menudo no querrían ver a sus padres adelgazar, llamar la atención y acaparar algunos micrófonos, siempre en contra y enfadadísimos, usando, quizá banales, más veces de la cuenta el término justicia. Yo prohibiría esa lengua, que estaba aquí siglos antes que ellos. La prohibiría de nuevo, porque no nos viene de aquí, y ser un grano en el trasero, ser el grano en el trasero de los que lo tienen todo y se quejan nos sale muy bien. Puedo soportar a unos señores malhumorados, rebosantes de tiempo libre, haciendo aspavientos. Puedo soportar ser su grano en el trasero. Lo que no soportaré es su cinismo. No soy el niño de Mary Poppins, que "con un poco de azúcar" tragaba la píldora. No quiero volver a sentir que "desblindando" el catalán protegemos al castellano –esta lengua para mí tan querida– porque todavía no soy idiota del todo. Y no son las lenguas, pobres, las que compiten, sino las personas. ¡Buena Diada!