Harris vs. Trump: ¿es la economía?
El mundo espera el desenlace de las elecciones en EE.UU. Las consecuencias para la democracia, las instituciones multilaterales, para Ucrania y Europa son evidentes y preocupantes. A la hora de escribir estas líneas Trump tiene una ligera ventaja en las encuestas y apuestas. En Polymarket, el mayor mercado de predicciones del mundo basado en criptomonedas, donde más de 100.000 usuarios han apostado, Trump está a más del 65% de probabilidad de victoria mientras que en septiembre los candidatos estaban muy igualados. Ahora bien, los usuarios que han hecho cambiar la situación son algunos que han hecho grandes apuestas siguiendo un post de Elon Musk. Con la victoria de Trump, Musk tiene mucho que ganar y está invirtiendo mucho y al límite de la legalidad, como con el sorteo diario de un millón de dólares para inducir el voto republicano.
Nos podemos preguntar por el papel de la economía en las elecciones. EEUU va bien, crece cerca del 3%, la inflación ha bajado por debajo del 2,5% y el paro se acerca al 4%. Parecería que la heredera de Biden lo tendría fácil, pero las últimas encuestas indican que los votantes registrados dan ventaja a Trump por gestionar la economía. Más de un 50% de los votantes dicen estar mejor con Trump que con Biden. No ha servido que un grupo de premios Nobel firmaran una carta en apoyo del candidato Biden diciendo que su agenda económica era muy superior, y que un segundo mandato de Trump reavivaría la inflación con presupuestos irresponsables y con un impacto negativo en la economía y en la posición de EE.UU. en el mundo. Para ellos, el fundamento del éxito económico está en el respeto a la ley y la certeza política.
La gran subida del coste de la vida, estimulada por la política fiscal de Biden, es la culpable de la percepción de los ciudadanos. Ambos candidatos se esfuerzan por decir que bajarán los precios, Trump bajando los de la energía y los impuestos y Harris con controles de precios y subsidios como los 25.000 dólares para comprar la primera vivienda. Trump cree que puede sustituir el impuesto sobre la renta por aranceles, quiere que quien cobre propinas no pague impuestos (y Harris le sigue) y rebajar el impuesto de sociedades del 21% al 15% (mientras que Harris plantea una subida), así como renovar las rebajas fiscales que introdujo en su presidencia. Ha prometido poner aranceles generales del 10-20%, del 60% para los productos de China y del 100% o más para países que dejen de utilizar el dólar. Harris también es proteccionista, pero con mayor moderación. Ambos están de acuerdo en una política industrial que preserve puestos de trabajo domésticos y que frene la amenaza económica y tecnológica de China. Trump va más lejos y amenaza con no respetar el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá (USMCA), implementado en julio de 2020 bajo su presidencia y que reemplaza al NAFTA.
La política sobre la transición verde y los combustibles fósiles los separa en teoría, pero en la práctica no tanto, dado que muchos de los subsidios de la Inflation Reduction Act de 2022 van a estados republicanos y Harris ya no está en contra del fracking. La política sobre inmigración es otra fuente de discrepancia, con la amenaza de Trump con deportar a millones de inmigrantes ilegales, pero Harris también aboga por restringirla, aunque de forma menos drástica. En lo que hay acuerdo es en mantener un nivel de gasto elevado que aumentará el déficit y la deuda públicas (Trump más por el lado de reducir impuestos y Harris por el lado del gasto). La seguridad social, sanidad y pago de intereses de la deuda serán la parte del león del incremento del gasto del gobierno. El déficit se acerca al 7% y la deuda pasará del 100% del PIB y seguirá creciendo. El rendimiento de los bonos del Tesoro repuntan por miedo a que la inflación reavive, sobre todo con Trump.
No hay tantas diferencias entre los dos candidatos en economía. La falta de responsabilidad fiscal y las promesas populistas mandan a EE.UU. aguanta, pero no es descartable una crisis de confianza. de Occidente, países como los BRICS se plantean sistemas de pago que no dependan del dólar. El desgaste del dólar será lento, pero puede haber empezado. Ayudará a la erosión de las instituciones con Trump, por ejemplo interfiriendo en la Reserva Federal y restando credibilidad a la política económica de EEUU.
Biden intentó ganarse a la clase trabajadora y Harris se acerca a las recetas de Trump, pero eso no le permitirá ganar. Los estadounidenses sin título universitario (que son la mayoría), y entre ellos sobre todo hombres blancos (y cada vez más hispánicos y afroamericanos) que no viven en grandes ciudades, no perdonan la elitismo del progresismo demócrata que da lecciones morales y no ofrece respuestas a sus problemas. El martes saldremos de dudas.