Se impone la política
El Puigdemont político se ha impuesto este martes al Puigdemont del amargo exilio y ha puesto las condiciones para sentarse a hablar en serio con el PSOE y Sumar. Si Sánchez quiere ser investido, hoy sabe cuáles son las condiciones, y son incómodas, pero no parecen inalcanzables. En concreto, el líder de Junts pide una ley de amnistía, un mecanismo de seguimiento del cumplimiento de los acuerdos y hablar en un marco tan amplio como el de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales.
Del levantamiento de la inmunidad parlamentaria en Europa y el pacto en contra en la alcaldía de Barcelona, Junts –de hecho, Puigdemont– ha pasado por aritmética parlamentaria a convertirse en un interlocutor imprescindible para desbloquear la gobernación de España. Las condiciones están puestas y el ex president no quiere un acuerdo cualquiera sino un pacto histórico y un referéndum que conecte con el del 1 de Octubre. Las reivindicaciones de Puigdemont no pueden sorprender a nadie y la ambición de que este no sea solo un pacto de investidura, tampoco. Seis años de exilio no salen gratis a nadie.
Sánchez tiene la oportunidad de pensar seriamente en la realidad de la arquitectura territorial española. Su vicepresidenta lo entendió perfectamente, con el deshielo de la visita a Bruselas, que puso las condiciones para que el ex president de la Generalitat abra el terreno de juego. Ahora habrá que arremangarse y buscar el cómo de la desjudicialización del conflicto para pasarlo a la política.