Madrid, 'Zabriskie point'

La política madrileña necesita alborotarse constantemente y esta semana lo hace a cuenta de la grabación de la declaración de Pedro Sánchez ante el juez Peinado (que investiga a su esposa, Begoña Gómez), el pasado 30 de julio en la Moncloa. El propio juez Peinado distribuyó este pasado lunes copias del audio de la declaración a la Fiscalía, a los abogados de Begoña Gómez ya la acusación popular, representada por Vox, Hazte Oír y otras entidades de la extrema derecha española, en las que les faltó tiempo para filtrar la grabación. Que la extrema derecha ejerza la acusación popular es una fea práctica que fue oficializada en el juicio del Proceso, y que se ha convertido habitual en los procesos abiertos por la justicia justiciera, la que vela por defender la unidad de España.

Las declaraciones del presidente español en el vídeo, respondiendo a las preguntas de Peinado, son textualmente estas: “Señoría, me acojo a la dispensa del artículo 416”, “Es mi esposa”, “No”, “Tampoco” y "Deseo acogerme al derecho que viene recogido en la ley". En la primera y en la última se ratifica en la decisión de no declarar, en la segunda responde cuál es su relación con Begoña Gómez y en las otras dos contesta si tiene relación con los empresarios Juan Carlos Barrabés y Joaquín Goyache, a los que Peinado también ha metido en el caso. Todo el mundo sabe que la instrucción es falsa desde el principio, que se basa en noticias publicadas por OK Diario y otras cabeceras del periodismo basura de la derecha española, que Peinado es un juez atrabiliario y que su visita a la Moncloa no era más que una pantomima sin más fin que inflar un rato más el globo de su momento de fama. El interrogatorio a Pedro Sánchez no alcanzó los cuatro minutos de duración, un dato tan irrisorio como el contenido de las declaraciones que han salido.

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Sin embargo, esto no ha impedido que Peinado distribuyera el audio entre sus amigos ultras con el fin evidente de esbombarlo y exhibirlo como una pieza de caza mayor. Y efectivamente, ha logrado lo que quería: causar sensación en el Madrid político y mediático, un lugar que en buena parte es imaginario, aunque eso no impide que se concentre todo el poder de España. Durante un par de días, las lecturas, análisis, exégesis e interpretaciones de las sucintas palabras de Pedro Sánchez en el magistrado se acumularán en forma de torrentada. Toda esta descontrolada producción escrita y oral, sin excepción, pertenece a la categoría del detrito periodístico, pero sin embargo no es del todo inútil: servirá para construir los discursos de los dirigentes del PP y de Vox, que a su vez serán reciclados en argumentos por parte de los periodistas venales que ahora se dedican a diseccionar la nada de la toma de declaración de Peinado en Sánchez.

Todo ello hace recordar el final de la película Zabriskie Point, de Antonioni, en el que la lujosa villa de unos especuladores acaba reventando en mil pedazos, en una suntuosa, duradera explosión. Tanto si ya lo han visto como no, recuperen esta escena: es reconfortante.