De Mazón a Prohens, pasando por Feijóo

La presidenta del Govern Balear, Marga Prohens, llegó el viernes a un acuerdo de presupuestos con Vox, tan sudado –en todos los sentidos– como el de la Generalitat Valenciana. Para obtener el apoyo de la extrema derecha, tanto Mazón como Prohens han tenido que asumir todo el programa de los ultras, algo que, por otra parte, han hecho sin esfuerzo: ya hemos comentado en otras ocasiones que la proximidad ideológica entre el Partido Popular y Vox se acerca mucho a la plena identificación, con matices más formales y cosméticos. ¿Hay personas dentro del PP que no responden a ese perfil extremista? Quizás sí, pero los intereses de partido pasan por encima de las objeciones que estas personas (o ese sector, si hay algo que pueda considerarse un sector liberal o moderado del PP) puedan formular.

La táctica y la estrategia del PP, también en el ámbito autonómico, confluyen en un solo objetivo superior: sacar a Pedro Sánchez de la Moncloa y hacer entrar a Alberto Núñez Feijóo, ambas cosas sea como sea y al precio que sea. No hay más. Los pactos entre PP y Vox se empezaron a producir después de las últimas elecciones municipales y autonómicas, después se interrumpieron a causa delasustado del partido de Santiago Abascal, mucho más gesticulación sobreactuada que una ruptura real. Finalmente, las relaciones se reanudaron cuando un Mazón acorralado por su vergonzosa gestión de la DANA necesitó agarrarse al tablón de Vox para hacer flotar la legislatura y salvarse de ser el cadáver político que todo el mundo –también el PP– daba por sentado que era.

Cargando
No hay anuncios

Feijóo, que tampoco fue capaz de gestionar el problema que le planteaba Mazón, se vio sorprendido por la maniobra del presidente valenciano, y ahora parece hacérsela suya también: el PP vuelve a establecer acuerdos presupuestarios con Vox a cambio de asumir sus exigencias, y al mismo tiempo no deja de girarse en el PNV ya Juntos. Quieren llevar adelante una moción de censura contra Sánchez, sobre el que el PP y sus medios construyen un relato tóxico y asfixiante, de una irresponsabilidad institucional grave. Prohens y su equipo, por su parte, desde su mediocridad, se limitan a cumplir las órdenes que llegan de Madrid.

Lo que ha asumido Prohens es una declaración de odio encendido contra los mallorquines, menorquines, ibicencos y formenterenses. Un destrozo sin contemplaciones de libertades democráticas, de derechos civiles, de políticas sociales y del territorio, que puede quedar definitivamente triturado por una desregulación salvaje. Y sobre todo, un ataque frontal contra el catalán, una obsesión que roza la patología, cuyo planteamiento se propone el arrinconamiento y la liquidación de la lengua propia. Como dijo bien una de Vox, queremos que el PP abandone los complejos. Tienen razón, sólo les obligan a quitarse la careta. Pero, aun así, nunca ningún presidente de Baleares, ni siquiera el estrafalario José Ramón Bauzá, se había caído tan abajo como la catalanohablante Prohens.