El nivel de 'Saber y ganar'
A la misma hora a la que TV3 nos ofrece las lentísimas recetas del Cuines, en La 2 el Saber y ganar coge un ritmo trepidante. Este viernes, en el concurso creado por Sergi Schaaff presenciamos un final de programa que daba ganas de aplaudir a las concursantes y hacerles la ola desde el sofá de casa. Competían tres mujeres: Emma, bioquímica de profesión, y dos periodistas, Leticia de Zaragoza y Lydia de Viladecans. Esta última debutaba como participante. En las últimas pruebas, las tres fueron excelsas. Emma brilló con La calculadora mixta: “69 + 27 + las caras de un dado, entre 6, menos los satélites de Marte, por 7”. Elisenda Roca le fue dando los datos y Emma, sin pausa, lo tuvo calculado mentalmente en dieciocho segundos. La siguiente prueba exigía un nivel de conocimientos literarios extraordinarios. Es La parte por el todo: en cada edición se van lanzando preguntas que también tienen un nexo común. Se tiene que descubrir cada pista y el elemento que las vincula a todas. Lydia fue llegar y besar el santo. Elisenda Roca le leyó la primera parte en juego: “Y cargando con todo, hasta con el bordón, se comió lindamente al peregrino”. A continuación le leyó el segundo texto: “Y ahora, viento, sopla hasta que reviente, visto que tenemos sitio para maniobrar”. Y por último, le proporcionó el fragmento de la tercera pista: “Abandone toda esperanza el que entre aquí”. “¿Le suenan estas palabras?” , le preguntó el incombustible Jordi Hurtado en referencia al último texto. “Sí, me suenan de la Divina Comedia de Dante”. Y el presentador elevaba el nivel: "¿Y las otras pistas qué hacen aquí?". Le recordó que la primera pista ya habían resuelto que era un fragmento de Gargantua y Pantagruel, de François Rabelais. Lydia, entonces, también resolvió que la segunda pista era de La tempestad, de William Shakespeare. “¡Bravo, Lydia! ¡Bravo! ¡Bravo!” exclamaba Elisenda Roca. Y llegó el summum: adivinó el enigma que unía los tres textos: “Se me ocurre que puede ser un ilustrador francés que ilustró estas tres obras, que es Gustave Doré, un ilustrador del siglo XIX que también ilustró el Quijote, o El cuervo de Edgar Allan Poe”. Lo clavó. Para rematar el concurso, Leticia adivinó, a alta velocidad y con una concentración inaudita, todas las definiciones que le iba leyendo Elisenda Roca guiándose por una tabla en la que aparecían las tres primeras letras de cada palabra. Fue impresionante.
Un concurso que destaca por la gran velocidad de respuesta, por la exigencia de las pruebas, que permite fascinarnos con los conocimientos y la agilidad mental de las participantes. Saber y ganar lleva veintisiete años en antena y se mantiene a pleno rendimiento, trepidante y actualizado, con un nivel altísimo y, encima, con la capacidad de congregar a una tripleta de mujeres participantes, que no es fácil en los concursos. El viernes vimos un ejemplo de lo que le gustaba a Sergi Schaaff: que la televisión fuera capaz de entretenernos, pero que, a su vez, apelara a la inteligencia, de los que salen en pantalla y de los que la miran.