La organizadora profesional Clara Massons hace un artículo en el ARA para explicarnos cómo ordenar. Cita la gran diva del orden, Marie Kondo, quien encuentra que "si aseas poco a poco, te pasarás la vida aseando" y, por tanto, "es más eficaz (aunque más cansado) hacer eloosouji, la limpieza exhaustiva de casa que hacen los japoneses cada 28 de diciembre". Lo que vendría a ser el sábado pero una vez al año. Lo del ordenar depende siempre de una cuestión: ¿lo haces o te lo hacen? Es muy diferente.
Marie Kondo –quiero recordarlo– predicaba con el ejemplo hasta que tuvo hijos –lo ha. confesado– ya consideró que quizás no había que enrollar las toallas para que ocuparan menos espacio en el cajón, como nos explicaba. Eso es porque quien tiene hijos ya sabe que las toallas viven más tiempo en la lavadora y en el tendedero. puedes dedicar a enrollar toallas cuando tropiezas con pijamas en el suelo girados del revés y (muy importante) con la ropa interior incorporada, lo que demuestra que el usuario no practica eloosouji, pero quizás sí practica el Oso Yogui (invernar en la cueva y salir para comer cuando ha pasado el frío).
Yo tengo respeto máximo por los que no quieren tirar nada (por si se puede aprovechar), pero siempre que sean ordenados. Si no, son una pesadilla. Son los que no quieren tirar nada, nunca, pero lo tienen todo por ahí en medio. Veo muebles zapateros en las terrazas, llenos de zapatos hacinados. Veo periódicos hacinados, veo cajones llenos de pilas, rodando, de bolígrafos que no gozan, de ropa que no te cabe. Ayer, y para explicar lo contrario, vi a un campesino que vaciaba una casa. Era admirable cómo estaba apilando, perfectísimamente, ahí fuera, unas tejas y unos ladrillos que, después, cargaría en la furgoneta. Tu mesa de trabajo, coche de trabajo, instrumento musical, utensilios de cocina explican todo de ti. Me conmueven las pilas de leña perfecta en la entrada de las casas.
