"Si yo no me quedo, ellos vuelven"
Sánchez se ha transformado en Nadal y Alcaraz de esas tardes de final de Grand Slam, con dos sets en contra y saque y pelota de partido para el rival. El manual de resistencia dice que aunque los dos secretarios de organización que has puesto tú (uno de los cuales has hecho ministro) estén grabados repartiéndose comisiones y mujeres durante años, mientras tú no te enterabas, el partido puede levantarse. Eso sí, hace falta mucha autoestima y saber empezar la remontada dando un golpe ganador: "Somos el mejor gobierno ante la peor alternativa, somos la esperanza de millones de personas que no quieren que se caiga un gobierno como este, somos el único gran gobierno progresista que aún queda de pie en la UE". Por lo tanto, nada de elecciones y a seguir hasta el 2027. Ayer pasamos del "si tú no vas, ellos vuelven" al "si yo no me quedo, ellos vuelven".
Quizás años atrás, los audios de la vergüenza de Ábalos, Cerdán y Koldo habrían sido el fin de la audaz escapada iniciada en un Peugeot que logró derrotar al aparato del PSOE, Felipe y Susana incluidos. Ahora estamos en otro tiempo político. La sociedad está tan dividida políticamente que la posibilidad de que gobiernen Feijóo y Abascal horroriza a mucha gente. En eso tiene razón Sánchez, que además confiará en que con el ratio de noticias increíbles por minuto que nos toca tragarnos, la tormenta irá pasando. Pero de ahí a decir que "somos la esperanza de mucha gente" hay un buen trecho. Esto va a gustos, pero dejémoslo en que son el mal menor de mucha gente, sobre todo después de haber servido en bandeja a la ultraderecha su argumento favorito: "Todos son iguales".