Sinopsis de la serie

La verdadera protagonista de la serie es ella: una millonaria excéntrica, amante del arte, que hace el encargo a unos ladronzuelos de poca monta. El robo se le ocurre un día que pasa por delante del Louvre y ve la grúa de una empresa de mudanzas. ¡Claro que sí, no hace falta esconder la escalera!

En el equipo, como siempre que hacemos series de género, habrá varios personajes con diversas habilidades, todos con una vida privada interesante. El de la radial será un viudo reciente que tiene una hija a cargo. La hacker –siempre debe haber una– es una chica de axilas peludas y azules, superdotada, pero con una familia conflictiva. Convendrá que el equipo de ladrones sea mixto. Las piezas serán exhibidas durante el setenta aniversario de la millonaria, que, a punto de morir, quiere celebrar la mejor fiesta jamás celebrada en el mundo. En la fuga del museo, se pierde la corona de Eugenia de Montijo. Habrá uno flashback de la antigua propietaria de la joya explicando su desdicha. La corona, por cierto, se verá, al término de la primera temporada, que se perdió expresamente, como parte del plan. Habrá un investigador catalán, profesor del grado de criminología de la UOC, que es invitado en París (él no quiere ir, teme volar) para dar su punto de vista de experto. Está, claro, y entra en contacto con la conservadora del museo (que pinta descalza y habla catalán, porque su abuelo era de Cadaqués). Uno de los vigilantes del museo, aburrido y oscuro, dará claves psicológicas importantes de cara a la investigación.

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La policía cerrará las fronteras, pero todo estaba previsto. Los ladrones sacarán las joyas de París aprovechando la fiesta de Halloween, donde todo el mundo se disfraza. Al principio de los créditos (breve, claro) estará la frase mágica que nos hará ganar carretes de dinero: "Basado en hechos reales".