La supermanzana en la Edad de Piedra
Leemos en el ARA cuál es la solución del Ayuntamiento del barrio de Sant Antoni, en Barcelona, para mejorar la convivencia después de las quejas de los vecinos por los conflictos: "Retirar el 30% del mobiliario de la supermanzana". O sea, jardineras, bancos o pilones que tienen "la dualidad de ser utilizados durante el día por los vecinos y durante la noche por consumos adictivos".
Es el problema de siempre, pero aumentado. De hecho, en la Edad de Piedra ya idearon unos bancos (de piedra) inmensos porque a la cabecilla de la tribu le hacía ilusión que "el vecindario" (aunque sería más correcto decir "los vecinos y las vecinas") hiciera vida "de barrio". Entonces, ya, barrio era una palabra mito, como territorio. Hoy, como ayer, la gente de Pedralbes, pese a ser técnicamente de un barrio, no son de barrio, como la de Sant Andreu, al igual que la Zona Hermética de Sabadell, a pesar de ser técnicamente un territorio, no es territorio como sí lo es la sierra de Pàndols.
Idealmente, en la Edad de Piedra, como hoy, estos bancos debían ser ocupados por las apacibles ancianas de la tribu, que tomaban el sol y alimentaban a los velociraptores (una plaga que por culpa de estas ancianas no paraba de reproducirse). Pero como eran tan cómodas, los bancos, por la noche los ocupaban otras ancianas, quizás no tan afables, porque eran unas sincueva y los utilizaban de lecho. El sincovismo era un problema, en la Edad de Piedra, pero no debía estigmatizarse. Alrededor de los bancos dejaban las pertenencias: las hachas, las piedras hogueras y una escudilla, por si alguien quería echarles un trozo de carne de mamut. Además, los de las tribus vecinas, que venían a intercambiar setas alucinógenas y beber fermento de lúpulo, solían perbocar en las jardineras. Unas jardineras con riego automático que hicieron que, más adelante, en otra era, aparecieran los "ladrones de bronce", un oficio que ha perdurado, con algunas mejoras técnicas, y que maneja de cabeza al vecindario de Sant Antoni.