Bruselas, Davos o Roma: los primeros viajes de los presidentes de la Generalitat
Aragonès y Torra estrenaron la agenda internacional encontrándose con Puigdemont en el exilio y Montilla y Mas también eligieron Bruselas
BarcelonaEl presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha realizado esta semana su primer viaje internacional, a Bruselas. Aterrizó en la capital belga con el objetivo de trasladar a las instituciones comunitarias que Cataluña quiere tener voz en la agenda europea y quiere empujar a favor del uso del catalán en Europa. La elección de Bruselas como primer destino, por tanto, no es casual. Responde a la voluntad del Gobierno socialista de hacerse un hueco en la Unión Europea, de la mano del gobierno español, y de estrechar unas relaciones que se enfriaron durante los años álgidos del Proceso. Isla ha escogido Bruselas para enviar este mensaje, pero, ¿dónde debutaron los anteriores presidentes?
Las agendas internacionales de sus antecesores, Pere Aragonès y Quim Torra, vinieron marcadas por el exilio. El expresidente republicano realizó su primer viaje a Waterloo para reunirse con el expresidente y líder de Junts Carles Puigdemont en junio del 2021, menos de un mes después de ser investido. Entonces el gobierno español ya había puesto sobre la mesa a los indultos. Ahora bien, los dos líderes hicieron frente común para insistir en que con esto no era suficiente y que era necesario aprobar una amnistía que, tres años más tarde, todavía no se ha hecho efectiva para Puigdemont ante la negativa del poder judicial a aplicárseloAquel verano, Aragonés también fue a ver a Marta Rovira a Ginebra. Su primer viaje con agenda oficial como presidente, fue a Glasgow, para asistir a la cumbre del clima COP26 y encontrarse con la primera ministra de 'Escocia, Nicola Sturgeon.
El encuentro de Torra y Puigdemont
Torra eligió Berlín para sus primeros viajes oficiales. Fue dos veces a ver a Puigdemont (la primera, al día siguiente de ser investido). El expresidente del 1-O residía entonces en la capital alemana, donde se trasladó tras pasar por la cárcel de Neumünster, a raíz de la orden de detención del juez Pablo Llarena por malversación y rebelión. Torra y Puigdemont exhibieron complicidad en un encuentro que se repetiría un mes después y en el que abordaron la composición del nuevo Govern. Fuera de estas reuniones y las mantenidas con los consejeros en el exilio en Bruselas, el primer acto internacional de Torra fue en Estados Unidos para participar en el festival de folk Smithsonian (donde se hacían castillos y otras muestras de cultura popular catalana).
Fue el gafe el que hizo que el primer viaje de Puigdemont acabara siendo en Bélgica. El presidente de Junts debía arrancar su agenda internacional en París para asistir a una exposición sobre Miquel Barceló en la Biblioteca Nacional de Francia. Sin embargo, tuvo que suspenderlo a raíz del trágico accidente de tráfico en Freginals en el que murieron 13 estudiantes, y no estrenó su agenda internacional hasta abril de 2016, en un viaje a Flandes y Bruselas. En Gante se reunió con el presidente de la región y defendió el derecho a la autodeterminación de Catalunya, y después se desplazó hasta Bruselas, pero sin mantener ninguna reunión con mandatarios de la UE. De hecho, no fue hasta el mandato de Pere Aragonès que el ejecutivo catalán reanudó las relaciones con la Comisión Europea, congeladas desde 2015, con reuniones del presidente con los comisarios europeos de Justicia y Mercado Interior.
Montilla y Mas también escogieron Bruselas
Bruselas también fue el destino escogido por Artur Mas y José Montilla. El expresidente convergente se estrenó con una reunión de primer nivel con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. También se vio con el líder de los liberales europeos y ex ministro belga, Guy Verhofstadt, y con quien es hoy ministro de Agricultura del gobierno español, Luis Planas, entonces embajador español frente a la UE. Seguía el rastro de Montilla, que en su primera estancia en el extranjero se entrevistó con los comisarios de Competencia, Joaquín Almunia, y el alto representante de la UE, Javier Solana, ambos del PSOE.
En el viaje de esta semana, Salvador Illa no se ha visto con la futura líder de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ni con ningún comisario en funciones, pero fuentes del ejecutivo concretan que la idea es poder organizar un encuentro con él y con los futuros miembros del ejecutivo comunitario cuando la Comisión ya haya resultado elegida.
Maragall i Pujol
Pese a su apuesta europeísta, el primer vuelo internacional que cogió a Pasqual Maragall como presidente fue para ir a Davos, coincidiendo con el Foro Económico Mundial, para participar en coloquios sobre la tregua olímpica de 1992 y la relación entre regiones y estados. Al mes siguiente acudió a Bruselas, donde también se vio con el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y con dos dirigentes socialistas que ocupaban cargos clave en el entramado comunitario: Solana y Pedro Solbes, comisario de Economía. Cena con Michel Barnier, comisario de Política Regional.
Pujol, en cambio, apostó por llevar la agenda catalana primero a Roma, donde se encontró con el presidente italiano y con el papa Juan Pablo II. De hecho, el expresidente convergente regaló al Papa los quince volúmenes de la Gran Enciclopedia Catalana mostrándole in situ lo que recoge la historia de la ciudad de Cracovia, Polonia, de donde él era originario. También le regaló una traducción al catalán de sus propios poemas –firmados como Karol Wojtyla–, un misal de Santa Eulalia del siglo XVI y el Libro de oro del rosario en Cataluña.