Camps redobla su pulso contra Mazón y Feijóo y amenaza con fracturar al PP

ValenciaUn disparo de tracas tradicional, la reproducción a todo volumen de la canción Y will survive de Gloria Gaynor –el mensaje de la letra es inequívoco– y el calor de cientos de simpatizantes y exdirigentes del PP todavía dolidos por haber sido apartados cuando fueron investigados y, en algunos casos condenados, por corrupción. Son las palancas que ha utilizado este sábado el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps para redoblar el pulso que mantiene con la actual dirección del PP para recuperar un puesto en el partido. Si es posible, la presidencia autonómica de la formación.

Aunque pueda generar incredulidad en muchos lectores, Camps mantiene muchos soportes. Entre ellos, los expresidentes de las diputaciones de Valencia y Castellón Alfonso Rus y Carlos Fabra. El exjefe de gobierno ha tejido una alianza con la exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo, que le sirve para compensar la no presencia de dirigentes provinciales alicantinos, un territorio que políticamente pertenece al exjefe del Consejo Eduardo Zaplana, y, por tanto, a Mazón. Castedo quedó salpicada, como Fabra o Rus, por casos de corrupción, aunque finalmente fue absuelta.

Curiosamente, cuando ha costado más entenderlo ha sido cuando ha cogido el micrófono. Obligado a medir mucho sus palabras, ha utilizado un lenguaje críptico hasta el extremo. "Como este acto significa lo que significa, haremos lo que tengamos que hacer", soltó. Consciente del carácter ininteligible de su vocabulario, ha bromeado: "Hablo cómo hablan nuestros presidentes gallegos". Sin embargo, temeroso de excederse, ha circunscrito sus aspiraciones: "Que nadie se confunda, estamos hablando del PP", y ha añadido: "Yo ya he sido presidente".

Conocedor de la debilidad de Carlos Mazón, Camps se ha dirigido directamente a la calle Génova. "Mi único objetivo es que [Alberto Núñez Feijóo] sea el futuro presidente de España", ha aclarado por no enfadar al político gallego y por aprovechar que, en la dirección estatal, la figura del actual jefe del Consell es considerado un lastre. Con esta misma finalidad, ha defendido que si Feijóo quiere llegar a la Moncloa necesitará que el PP "también gane" en la Comunidad Valenciana, un razonamiento del que se podría deducir que cree que con Mazón no lo hará.

Otra prueba del ejercicio de equilibrismo lingüístico desplegado por el expresidente valenciano es que en ningún momento ha citado a Mazón. Sin embargo, le ha dirigido críticas transparentes nombrando todo lo que el jefe del Consejo no hace desde la catástrofe. Por ejemplo, pisar las calles. Desde el pasado 29 de octubre, Mazón no acude a ningún acto multitudinario.

La estrategia de regreso de Camps recuerda parcialmente a la del presidente español, Pedro Sánchez, tras ser desbancado por la vieja guardia del PSOE. Además, el dirigente valenciano cuenta también con un grupo nutrido de fieles. Lo demostraron los dos autobuses que llegaron desde Torrevieja, es decir, después de recorrer 200 kilómetros. Los simpatizantes de la Vega Baja se han sumado a otras localidades más cercanas. Es el caso de Palmira, vecina de Paiporta y afectada por la DANA, que perdió una panadería que ya acumulaba tres generaciones y que no reabrirá. "Camps me ha invitado personalmente y, por deferencia, he venido", aclara.

Antes de irse, un importante exalcalde del PP nos comenta que espera que el mensaje de hoy llegue a la calle Génova. Olvida la dificultad de la petición, dado que aunque Camps no fue condenado, sí lo fue el partido mientras él le dirigía y, además, sí lo fueron varios exconsejeros de su ejecutivo. Otros, como el expresidente de las Corts Juan Cotino o la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, fallecieron antes de que se dictara sentencia.