La legislatura catalana

Cataluña se aboca a empezar el 2026 sin presupuestos por el arrecife de la financiación

El PSC trabaja para avanzar en la financiación singular pactada con ERC y Comuns le reclama cumplir con la vivienda para ponerse a negociar

BarcelonaEl ecuador de octubre ya ha quedado atrás y el Govern todavía no ha abierto la negociación de presupuestos. El ejecutivo catalán mantiene que está inmerso en el "trabajo interno" de las cuentas, que serían las primeras que el Gobierno de Salvador Illa presentaría después de haber pasado su primer año en el Palau de la Generalitat gobernando con las cuentas de 2023 que le dejó en herencia el expresident Pere Aragonès. Sin embargo, en Pallars admiten que hará falta desatascar avances en la financiación singular para que ERC se siente a negociar y no los plante, como ya hizo el año pasado. Entonces, el portazo de los republicanos, con Oriol Junqueras recién aterrizado en la dirección del partido tras la cruda guerra interna en la formación, llevó al Gobierno a desistir de los presupuestos ya centrarse en los suplementos de crédito. Unos suplementos que aprobó con los votos de Esquerra y Comuns, a los que ahora quiere seducir para aprobar unas cuentas que incrementarán sus inversiones hasta los 3.000 millones y recortarán el gasto corriente en bienes y servicios.

Ahora bien, el tiempo del Gobierno para aprobar presupuestos en tiempo y forma empieza a agotarse. La portavoz del Govern y consellera de Territori, Silvia Paneque, reconoció esta semana por primera vez que "parecía justo" poder llegar al 1 de enero con las cuentas en vigor, tal y como se había propuesto el presidente. La vez que más rápido se han tramitado unos presupuestos fue en el 2023, cuando se ajustaron todos los plazos para realizar la tramitación en un tiempo récord de 37 días: el gobierno de Aragonès los aprobó en consejo ejecutivo el 2 de febrero, día en el que ya empezaron las comparecencias obligatorias de los consejeros en el Parlament, y el 10 de marzo. Los anteriores, capitaneados por el ex conseller Jaume Giró, se aprobaron tras una tramitación de 45 días: el consejo ejecutivo los aprobó el 9 de noviembre y quedaron aprobados el 23 de diciembre del 2021, listo para entrar en vigor con el nuevo año. Fue la primera vez desde 2010 que se aprobaban en tiempo y forma.

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¿Y cuáles fueron los tempos de la negociación? En cuanto a las cuentas de 2023, los contactos entre el PSC y el gobierno de ERC empezaron a principios de noviembre de 2022, pero el acuerdo no alcanzó hasta el 1 de febrero del año siguiente. Fueron, por tanto, tres meses de negociaciones. Con Comuns, el pacto se cerró en mes y medio. Cogiendo de referencia el plazo récord de 37 días, e incluso aceptando la posibilidad (remota) de que se pudiera celebrar un pleno el 31 de diciembre, esto quiere decir que el Gobierno debería aprobar las cuentas en el consejo ejecutivo el 25 de noviembre como mucho. Además, dos grupos parlamentarios o una décima parte de los diputados podrían pedir un dictamen al Consejo de Garantías Estatutarias (CGE), algo que Junts ya ha hecho en varias ocasiones esta legislatura con decretos del ejecutivo, y que no ocurrió en el 2023. Esto abriría un plazo de un mes para que el CGE se pronunciara, detallan fuentes parlamentarias.

La ordinalidad, en discusión con ERC

En estos tempos, una de las principales variables que condicionará la apertura o no de una negociación por cuentas son los avances en la financiación singular. Esquerra, de hecho, mantiene que no abrirá ninguna conversación con el Govern mientras no se den pasos en esta cuestión. El balón está sobre el tejado del gobierno español, en concreto, de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien debe hacer su propuesta para reformar todo el sistema de financiación autonómica. A estas alturas, según algunas fuentes consultadas, el arrecife está en cómo garantizar la ordinalidad o, al menos, que Catalunya no baje tantas posiciones como en el ranking de autonomías respecto a lo aportado.

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Además, los republicanos también exigen que el gobierno español compre su propuesta para amparar legalmente a la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC) para que recaude el IRPF, mientras el Gobierno trabaja para dimensionarla para que asuma estas nuevas funciones con el horizonte del 2028. A estas alturas, la proposición de ley de ERC está registrada en el Congreso: el partido debe decidir cuándo la lleva a debate en el pleno y si está dispuesto a hacerlo aunque no tenga el apoyo del PSOE. Con vías de diálogo abierto entre unos y otros, el PSC mantiene que trabaja para llegar a un acuerdo, si bien los socialistas consideran que primero debería concretarse el nuevo modelo y, después, su aterrizaje tributario.

Comunes: "No hay novedades"

La otra pata imprescindible del acuerdo es Comunes. La condición que los de Jéssica Albiach han puesto en Isla para empezar a hablar sobre los presupuestos de 2026 es que cumplan los compromisos pendientes, sobre todo en materia de vivienda. En particular, el registro de grandes tenedores que debe permitir controlar (y multar) a quienes se salten la ley y la unidad antidesahucios. El Gobierno anunció que aprobaría el registro en octubre, pero debe volver a abrir el período de exposición pública porque ha hecho cambios, a raíz de peticiones de Comuns. Esto podría retrasar su aprobación hasta noviembre, según las fuentes consultadas. Tampoco habrá novedades hasta noviembre, como mínimo, en cuanto a la regulación del alquiler de temporada y el blindaje de las viviendas de protección oficial: fuentes parlamentarias apuntan a que la próxima semana se podría desatascar la ponencia entre PSC, Comuns, ERC y la CUP. Si así fuera, podría entrar a la orden del día de uno de los cuatro llenos que quedan hasta finalizar el año.

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Por otra parte, en octubre debía haber una segunda reunión con los de Jéssica Albiach para ir haciendo seguimiento de estos acuerdos, pero este encuentro sigue todavía sin fecha. "No hay novedades", aseguran fuentes de Comuns, sobre la posibilidad de sentarse pronto con la consellera de Economía, Alícia Romero, para empezar a hablar de números. El portavoz parlamentario, David Cid, ya avisó esta semana de que al ejecutivo "se le está incubando el arroz" y que tiene lo que queda del mes por cumplir. Desde Comuns, sin embargo, también se muestran conscientes de que el Govern está a la espera de los pasos de ERC, el hueso más duro de roer.