Los ciudadanos, el 'atrezzo' de la disputa Sánchez-Puigdemont

BarcelonaUna cosa es rechazar unos presupuestos o una ley a futuro, aunque lleven asociadas medidas sociales, y otra oponerse directamente a estas medidas cuando están en vigor. La revalorización de las pensiones, la gratuidad del transporte público o la actualización del salario mínimo tendrán un efecto directo e inmediato en los bolsillos de los ciudadanos. Por eso, al PP y sobre todo a Junts, que forma parte de la mayoría de la investidura, se les presupone que habrán calculado cuidadosamente el riesgo de votar en contra, independientemente de si tienen más o menos argumentos para ello. Que Sánchez mezcla nabos y coles para poder aprobar cosas que no sacaría adelante de otra forma es tan cierto como que es una práctica muy extendida en política. Pero no es lo mismo plantarse en el día en que debe aprobarse el objetivo de déficit o en el que los jubilados pasarán a cobrar de media 40 euros menos al mes.

El incremento de las pensiones y todo lo que decae por la ruptura de Junts y el PSOE

Ahora Junts y PP intentan matizar que no se oponen a la revalorización de las pensiones sin aclarar qué les molestaba del decreto del gobierno español. Las críticas les llegan de todos lados y sus explicaciones son insuficientes. ¿Han votado contra Pedro Sánchez por darle un toque de atención? ¿Por no aceptar sus chantajes? Quizás no lo han hecho en el momento más fácil para que se entienda.

Cada minuto que pasa desgasta más Junts i PP, y Pedro Sánchez es plenamente consciente de ello. El presidente español les pide que rectifiquen y dejen de causar "dolor social". Y eso que también sabe otras dos cosas. La primera, que de haber aprobado un decreto exclusivamente vinculado a las pensiones, al salario mínimo y al transporte público, habría prosperado. La segunda, que puede hacerlo hoy mismo. De hecho, es difícil imaginar que no lo acabe haciendo, pero de momento deja pasar las horas con la esperanza de que la ciudadanía señale a sus rivales como culpables. La misma ciudadanía que sufre las consecuencias de la trifulca política como si fuera un simple atrezo.