Gobierno español

El consejo de ministros de Pedro Sánchez en la sombra

Diego Rubio lidera un gabinete más joven que ya no piensa en la batalla electoral a corto plazo

MadridA diferencia de los ministros, acostumbrados a la exposición mediática, en la Moncloa existe un equipo de caras desconocidas para el gran público que asesora a Pedro Sánchez y que tiene incluso más poder. Se trata del gabinete de la presidencia del gobierno español, desde hace dos semanas liderado por Diego Rubio (Cáceres, 1986), que simboliza la nueva impronta que el jefe del ejecutivo del Estado quiere dar a lo que queda de legislatura. Se trata de un perfil académico y con experiencia internacional que llegó a la Moncloa en 2019 de la mano de Iván Redondo —el primer jefe de gabinete de Sánchez cuando accedió al gobierno español— para elaborar el documento España 2050. Es decir, por imaginar el futuro. Rubio ha sido en los últimos años el sherpa de Sánchez en Europa, un rol especialmente relevante el pasado año cuando ostentó la presidencia rotatoria de la UE.

Este martes el consejo de ministros aprobó algunos nombramientos destacados de la estructura presidencial: Rubio ha situado como director adjunto a Ángel Alonso, otro mileniomarcadamente técnico. Periodista y antropólogo, completó su formación con un máster en seguridad internacional en Georgetown, fue director de gabinete del secretario general de la OCDE, consultor del Banco Mundial en Washington y, entre otras cosas, trabajó como vicedecano en Escuela de Políticas, Economía y Asuntos Globales de la IE University. Allí coincidió con Rubio, que también era docente en la Universidad de Oxford y asesor en Naciones Unidas y la Comisión Europea. Los otros dos perfiles de nueva hornada son Borja Monreal, director del departamento de políticas públicas, y José Rama, director del departamento de análisis territorial. Además, destaca la incorporación de la ex secretaria de estado de Sanidad Silvia Calzón como directora del departamento de atención y respuesta ciudadana.

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"En un momento sin elecciones en el horizonte, entra esta generación joven de acción repuesta de gobierno para ir a cuestiones de fondo. Es gente que está más en las ideas y menos en la batalla", resumen fuentes de la Moncloa consultadas por el ARA. Las principales salidas fueron la del anterior director de gabinete y del director adjunto, Óscar López y Antonio Hernando, dos hombres veteranos del partido. Ahora la conexión con el PSOE se mantiene con la figura de Francisco Salazar, que pasa a ser secretario general de coordinación institucional (ver gráfico adjunto).

El modelo de la "desconfianza"

Desde Felipe González, el organigrama de la Moncloa ha sido así de amplio en el terreno cuantitativo -son cientos de personas si se cuentan altos cargos y asesores- y lo que ha ido cambiando es su composición y los ámbitos a los que se quiere dar mayor prioridad. Por ejemplo, Sánchez rebajó la Oficina de Asuntos Económicos y G-20 en 2018, pero en noviembre del año pasado volvió a darle esta categoría superior, y su responsable, Manuel de la Rocha, elevó su rango a secretario de estado, el mismo que tienen el director de gabinete y el secretario de estado de comunicación, Francesc Vallès.

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"Se dice que hay dos modelos: el británico, basado en la confianza en los ministros, y el francés, que desconfía de los ministros y lo vigila todo. Es una especie de gobierno en la sombra", explica al 'AHORA el doctor en ciencias políticas y de la administración por la UAB Carles Ramió. Según el experto es una buena elección tener un gabinete grande en un modelo "presidencialista" porque permite al líder tener "canales de información alternativos a los ministerios", que suelen mirarse más al ombligo y carecen de una perspectiva global. Esto siempre ha traído consigo tensiones y un ejemplo es la poca sintonía que tenían el ministro de Economía de Zapatero, Pedro Solbes, y el director de la oficina económica, Miguel Sebastián.

Las funciones del gabinete están reguladas por ley, pero no son acotadas: es un órgano "de asistencia política y técnica del presidente del gobierno" y que tiene como misión "proporcionar la información necesaria para el ejercicio de las sus funciones". Más allá del asesoramiento en políticas públicas, también incluye cuestiones de seguridad y protocolo. El director del gabinete lidera toda esta estructura, lo que le convierte en un cargo más importante que los ministros, anota Ramió, con la salvedad de alguna vicepresidencia. El núcleo duro de Sánchez para cuestiones políticas es la vicepresidenta primera, María Jesús Montero; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; y el número 3 del PSOE, Santos Cerdán. Pero la acción de gobierno se coordina en el comité de dirección del gabinete de la presidencia, una unidad que Sánchez creó en 2021 y que está integrada por el director -Diego Rubio-, el director adjunto -Ángel Alonso-, el secretario de estado de comunicación —Francesc Vallès— y la secretaria general de la presidencia —Judit González Pedraz.