Un contrapoder en la Ciutadella
De entre los dos caminos que podía tomar -Govern o Parlament-, Laura Borràs optó ayer por el que lleva al Parc de la Ciutadella. La decisión tiene riesgos porque la aleja del centro de poder de un consejo ejecutivo en el que el liderazgo de JxCat recaerá en Elsa Artadi, pero Borràs sabe que al mismo tiempo la pone a resguardo del desgaste y las contradicciones que conlleva formar parte de un Govern del que, además, no tendría la batuta. Antes que ser la número 2 de Pere Aragonès, la candidata de JxCat ha preferido el altavoz de un Parlament desde el que aspira a poder lucir perfil propio y desmarcarse cuando haga falta de la estrategia de ERC por el diálogo o, incluso, de su propio partido. Un papel que ya ensayó en campaña y que ahora puede desarrollar desde la segunda institución del país, convirtiéndose casi en un contrapoder.