Corinna, en el 'podcast' sobre Juan Carlos I: "La gente no es consciente de que el espíritu de Franco está vivo"
Acusa al emérito de amenazarla para recuperar los 65 millones que le había dado y dice que le ofreció un título para casarse con ella
BarcelonaLa versión de Corinna zu Sayn-Wittgenstein sobre su relación con Juan Carlos I es una historia de amor-odio constante en la que el emérito supuestamente pasaba de pedirle matrimonio a amenazarla en cuestión de pocos años. Así se desprende del sexto episodio del podcastCorinna y el Rey, publicado este lunes bajo el título La sangre es más espesa y en el que critica la actitud del anterior monarca afirmando que "el espíritu de Franco está vivo". La empresaria alemana se refiere a la donación irrevocable de 65 millones de euros que le hizo en 2012 -el dinero que él había recibido de Arabia Saudí y que se sospecha que era una comisión irregular por el contrato del AVE a la Meca- y asegura que el emérito la presionó para que lo utilizara para pagarle vuelos y hoteles de lujo después de su abdicación en 2014. "te hice el regalo y ahora necesito acceder a parte de este dinero", dice que le dijo. "Ahora he abdicado y necesito estas cosas, y francamente puedes hacerlo", habría añadido.
La examante de Juan Carlos I asegura que llegó a recibir un correo electrónico de la periodista Ana Romero, especializada en información de la Casa Real, en el que le transmitía un "mensaje" del propio emérito y del entonces director del CNI, Félix Sanz Roldán: "O vuelves con el rey, es decir, o retomas tu relación sentimental, o devuelves el dinero", explica. "Era claramente un chantaje [...]. De repente me doy cuenta de que si no hago lo que me dicen me enfrentaré a acusaciones de robo. En ese momento me di cuenta de que la situación se había roto irremediablemente y de que estaba en verdadero peligro", dice Corinna. Entrevistada en el mismo podcast, la periodista niega que Sanz Roldán hubiera compartido ninguna información con ella.
La empresaria mantiene que las presiones fueron más allá, y relata que en enero de 2015 Juan Carlos I la llamó el día de su aniversario -dice que cumplía 50 pero ese año cumplía 51- y le explicó que estaba en Arabia Saudí con motivo del funeral del rey Abdullah. Corinna se lo tomó como una amenaza. "Imagínate que le dice a Salman, el nuevo rey de Arabia Saudí, que aquel generoso regalo que su hermano le había hecho a Juan Carlos había sido robado por una mujer malvada", señala, y después de referirse al posterior asesinato del periodista Jamal Khashoggi (2018) añade: "La gente no tenía claro qué suponía estar en la lista negra de Arabia Saudí". Para Corinna, el emérito le estaba haciendo saber "lo lejos que estaba dispuesto a llegar". "Me di cuenta de que estaban haciendo grandes esfuerzos para destruirme", afirma, ya sea a través de una "eliminación física" o "empujándome al suicidio", dice.
"Sería su alteza real, princesa de Borbón"
La empresaria, que mantiene abierta en la justicia británica una causa contra el emérito por acoso, equipara este supuesto comportamiento al de los "dictadores" y "gobernantes autoritarios". "Son jugadas como las de Franco, Stalin, y estamos en el siglo XXI. España es una democracia. Creo que la gente todavía no es consciente de que el espíritu de Franco está vivo", sentencia. Las presiones que insiste que recibió por parte de Juan Carlos I, sin embargo, no habrían sido solo por el dinero. En un capítulo anterior del mismo podcast ya había explicado que el emérito le había pedido casarse con ella con un anillo de diamantes "gigantesco", y en esta ocasión relata que hubo una segunda petición de matrimonio.
"Me dijo que me quería, que quería casarse conmigo y vivir felices por siempre jamás. Y entonces me pidió que me casara con él", explica, asegurando que para tratar de seducirla el emérito le llegó a ofrecer un "título falso" que la hiciera sentir parte de la familia real: "Sería su alteza real, princesa de Borbón". "Todo era una fantasía, no me lo tomé seriamente, sino como un hombre que estaba bastante desesperado", dice Corinna, que rechazó la oferta de matrimonio. "Me di cuenta de que un rey católico nunca podría divorciarse", argumenta.