Juan Carlos I se rompió la cadera en Botsuana después de una "larga noche de vino y copas", según Corinna
La examante del emérito relata los detalles de la caída del rey durante la polémica cacería de elefantes de 2012
BarcelonaEl 14 de abril de 2012, la fecha en la que se conmemoraba el 81º aniversario de la República, se aceleraba el declive de la monarquía española. La Casa del Rey informó de que Juan Carlos I se había roto la cadera, pero fueron las circunstancias de este accidente lo que sacudió a la opinión pública y puso al emérito en su punto de mira: había caído durante una cacería de elefantes en Botsuana. Los detalles de estos hechos, que derivarían en el tantas veces parodiado "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a pasar", los revela ahora la examante del monarca, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, en el cuarto episodio del podcast Corinna y el rey, que lleva por título "Matar a Dumbo".
La empresaria alemana formaba parte de aquella expedición en África junto con su hijo, al que Juan Carlos I había invitado con motivo de su décimo aniversario. Y asegura que la caída que obligó a evacuar al rey, que no abdicaría hasta más de dos años después, se produjo después de una "larga noche de vino y copas". "Cuando le pregunté qué había pasado me dijo que no se acordaba, pero que tenía muchos dolores", explica Corinna. "No lo recuerdo, pero creo que ayer noche me caí", habría añadido el emérito. Según se asegura en el podcast, el accidente fue fruto del alcohol: "Se tambaleó al salir de su tienda para ir al baño [...] y tropezó con la raíz de un árbol o con una piedra, y se cayó al suelo", afirma la voz en off.
El monarca, de entonces 74 años, sería evacuado la mañana siguiente con el avión privado de Corinna hasta Madrid para ser operado. Y fue en ese momento cuando el nombre de su examante empezó a aparecer en los medios. Lo que convirtió al monarca en el centro de todas las críticas, sin embargo, no fueron tanto sus aventuras extramatrimoniales ni su afición a matar animales, que ya era conocida, como el hecho de que se hubiera gastado cerca de 50.000 euros para ir de cacería en plena crisis económica en España. Y más cuando semanas antes había asegurado que el paro juvenil le hacía "perder el sueño". Todo ello no habría salido a la luz si no fuera porque el jefe de estado se cayó y se rompió la cadera durante el viaje. Aparentemente, según Corinna, cuando iba bebido.
"Tenemos un problema, acaba de pedir vino"
Las revelaciones no acaban aquí. Según la examante del rey, la evacuación desde Botsuana, después de un safari que habría pagado el empresario sirio Eyad Kayali, se hizo con su avión privado porque el personal del rey le dijo que tenía una hemorragia interna y que "podía morir" si el avión oficial no llegaba a tiempo. Ya en pleno vuelo, una azafata le habría dicho que el rey, con una vía intravenosa en el brazo, había pedido una copa de vino, motivo por el que la empresaria avisó al jefe de seguridad del monarca: "Tenemos un problema, acaba de pedir vino y estoy segura de que está medicado". Según explica, la respuesta fueron unos hombros encogidos y un: "Él no escucha y hace lo que quiere". "Estaba en modo: soy el rey y hago lo que quiero. Como si un niño te dijera: puedo hacer lo que quiera", añade Corinna.
El escándalo de la cacería hizo salir a la luz la relación entre el emérito y la empresaria, a la que los titulares habían llegado a tildar de "asesina de elefantes", según el podcast, o del motivo por el que Juan Carlos I no había estado por su nieto Felipe Juan Froilán, que pocos días antes se había lesionado el pie al dispararse el arma con la que estaba haciendo prácticas de tiro. Unas "confabulacions", sospecha Corinna, detrás las cuales estaba la reina Sofia. "Solo pensaba: vaya, esto tiene la marca de la reina Sofía por todas partes. Es una mujer enfadada, capaz de salir a destrozar la imagen de otra mujer a la que percibe como una especie de rival", afirma la protagonista del podcast, que en el anterior capítulo asegura que en una ocasión la reina la llegó a señalar "con cara de furia" y le dijo: "Sé quién eres".
La examante de Juan Carlos I, que posteriormente llevaría al emérito ante la justicia británica por el supuesto acoso al que la sometió el CNI -la única causa que el anterior monarca todavía tiene abierta-, explica que después del safari en Botsuana se le impuso un "equipo de seguridad" supuestamente encargado por el rey para -así se lo habrían argumentado- protegerla de los paparazzis. "Recibo notas de mis asistentes [...] en Mónaco diciendo que un equipo de seguridad ha entrado en mi piso y en mis oficinas", explica. Y añade: "Estas personas tienen ahora el control total sobre mi casa y mi oficina y, por lo tanto, sobre todos mis documentos o información privada". Una situación, asegura, que le dijo a Juan Carlos I que era "ilegal". El capítulo acaba, sin dar más detalles, con el relato de la aparición de madrugada de una persona junto a la cama de un hotel donde dormía la empresaria.